Cuatro heridos en el incendio intencionado de un club en Pamplona
Los vecinos abrieron un hueco en la pared y rescataron a cinco de las 15 personas del local
Tres mujeres y un hombre resultaron heridos a consecuencia de un incendio intencionado que destruyó el club de alterne Alazán de Pamplona la noche del pasado sábado. Uno o varios desconocidos impregnaron la única puerta de acceso al local con líquido inflamable y le prendieron fuego. Los vecinos lograron rescatar a al menos cinco de las entre 10 y 15 personas que quedaban en el prostíbulo, realizando un agujero en una pared del sótano.
Sobre las once de la noche del sábado, un joven de 22 años que pasaba por la calle de Labiano, en la esquina con la avenida de Zaragoza, vio a una mujer que corría con la falda ardiendo y pedía ayuda a gritos. El hombre se acercó al local, situado en un chaflán de la planta baja del edificio y escuchó gritos y voces en su interior. Aunque rompió una de las ventanas para intentar ayudar a los atrapados, la fuerte humareda le impidió el paso. Los vecinos salieron a las ventanas alertados por el fuego mientras la policía acordonaba la zona.
Varios vecinos accedieron a la sala de calderas del edificio, un local que compartía tabique con las dependencias del sótano del club en las que se habían refugiado las empleadas y los clientes que quedaban en el establecimiento. Uno de los residentes abrió con una maza un agujero en la pared, de más de un metro de diámetro, por donde pudieron escapar al menos cinco de las personas atrapadas, aunque otros vecinos señalaron que fueron más.
Las llamas, que destruyeron por completo el local, fueron sofocadas poco después por los servicios de extinción de incendios, que rescataron del interior a varias personas que no habían podido huir a través del agujero en la pared, ya que éste quedaba parcialmente obstruido por unas estrechas estanterías del almacén subterráneo del club y además fue practicado a un metro de altura del suelo.
Un hombre y dos mujeres fueron evacuados a centros hospitalarios de Pamplona, donde se les atendió de heridas leves, intoxicaciones por inhalación de humo y cuadros de ansiedad. Fueron dados de alta poco después. Otra mujer permanecía ayer ingresada en el hospital Virgen del Camino de Pamplona, con quemaduras de primer grado.
Los bomberos señalaron que las decoraciones de madera que cubrían el bar de la planta baja del club facilitaron la rápida propagación del incendio.
Fuentes de la investigación descartan que pudiera tratarse de un acto de terrorismo callejero, ya que no se lanzó ningún artefacto incendiario, que suele ser el modus operandi de la kale borroka. No obstante, la Delegación del Gobierno no descartaba ayer oficialmente ninguna hipótesis, aunque los investigadores apuntaban a un hecho vinculado posiblemente a las mafias que trafican con mujeres obligándoles a ejercer la prostitución.
Agentes del Cuerpo Nacional de Policía tomaron ayer declaración a los propietarios del establecimiento, a las mujeres empleadas, a los clientes afectados y a vecinos del edificio, que se quejaron de las molestias que la actividad que se practica en el local siniestrado les ocasiona. Alguno de ellos tuvo tiempo de grabar desde su domicilio con una cámara de vídeo cómo las llamas iban creciendo. "Oímos los gritos de una chica y poco después las sirenas de la policía. Nadie vio a los agresores", indicó una vecina.
El 14 de febrero de 2003 fue asesinado de madrugada en el garaje de su domicilio, en el barrio pamplonés de Ermitagaña, Miguel Ángel Rodríguez, propietario de dos prostíbulos de la capital navarra y de otro en la cercana Berriozar. Rodríguez murió de dos disparos. El crimen no fue aclarado.
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