Se busca: un invierno con borrascas

Las lluvias intensas de estos días no van a ser suficientes para dar por terminada la sequía que padece España desde hace un año. El Ministerio de Medio Ambiente considera que harán falta lluvias "excepcionales" durante los próximos meses para recuperar el nivel de los embalses y poder llegar al verano sin la amenaza de restricciones. Un informe del ministerio, del 30 de diciembre, señala que la situación en la cuenca del Segura es "crítica" y "muy preocupante" en las del Júcar, el Tajo, el Guadalquivir y las cuencas mediterráneas andaluzas. Las lluvias de 2005 dejaron 446,5 litros por medio cuadrado, una cantidad muy alejada de la media nacional en un año (669 litros). El ministerio considera que España está en un ciclo seco plurianual. Y las previsiones hasta marzo no auguran nada bueno.

"La predicción indica que de aquí a marzo vamos a estar en la línea climatológica normal en esos meses: es decir, no va a llover. La situación es preocupante. No hay verdaderos temporales atlánticos. Hay un par de días lluviosos, se corta y ya. Se necesitaría un invierno con muchas borrascas procedentes de las Azores, pero no se forman", alerta Ángel Rivera, jefe del Área de Predicción del Instituto Nacional de Meteorología.

Expertos en Climatología, agricultores, ecologistas... Todos coinciden en que es imposible terminar del todo con la sequía porque España es un país de clima seco y que lo hay que hacer es convivir con ello y transmitirlo a los ciudadanos a través de campañas continuas. "Las campañas para que los ciudadanos ahorren agua sí que sirven. Está demostrado que la gente se conciencia y gasta menos", explica Fernando Díaz del Olmo, catedrático de Geografía de la Universidad de Sevilla.

Los mensajes publicitarios han hecho que el pasado otoño el consumo en Madrid se redujera un 9%. Desde el Canal de Isabel II, organismo que gestiona el agua en Madrid, una portavoz señaló que no se va a restringir el consumo de agua de los madrileños "porque aún es pronto para decir lo que va a pasar en los próximos meses". "Desde septiembre hemos prohibido el riego de los parques y jardines que no son históricos y el baldeo de las calles, entre otras medidas", explicó dicha portavoz.

Para el catedrático Díaz del Olmo, uno de los mayores problemas está en el agua que se pierde durante el abastecimiento. "En Sevilla el nivel de eficiencia en la distribución es muy bajo. En la ciudad, desde que se abandonó la carrera por conseguir los Juegos Olímpicos se han dado muchos pasos atrás en sostenibilidad", denuncia.

No hay fórmulas mágicas para acabar con la sequía. Ni los pozos subterráneos, ni la desalinización. "No hace falta buscar más recursos. Las alternativas pasan por planificar con mejor el suministro en las ciudades, que son sumideros que lo chupan todo", afirma Díaz del Olmo.

Desde el campo murciano, Víctor Jiménez, agricultor, ha visto como por culpa de la falta de lluvias el año pasado sólo salió adelante la mitad de la cosecha. Este hombre, presidente de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (Coag) explica que los pozos subterráneos en la zona "se están agotando". "Regamos con el agua del trasvase del Tajo, que la mezclamos con el poco agua que queda ya en los pozos. Si no va a llover, tendrán que mandarnos agua de algún lado", advierte.

Para Ecologistas en Acción, el problema está en que la demanda de agua ha aumentado muchísimo en los últimos años. "Nuestro clima es así, con pocas lluvias. Pero el consumo se ha disparado, y la capacidad de respuesta ante las situaciones de sequía cada vez es menor", asegura Santiago Martín, portavoz de la organización. Con este argumento coincide Ricardo García Herrera, climatólogo y profesor de la Facultad de Ciencias Físicas de la Universidad Complutense de Madrid. "Muchas veces se presentan los periodos de sequía como que son rachas, cuando en realidad son algo normal", afirma.

¿Y si no llueve lo suficiente? "En las ciudades las campañas de ahorro funcionan. Hay que hacer más hincapié en la agricultura, que consume el 80% del agua, eliminando los cultivos que malgastan mucha agua, estableciendo riegos más eficaces... Y hay que poner un precio al agua. En el momento en que a la agricultura el agua le salga cara, las cosas cambiarían", sentencian desde Ecologistas en Acción.

Además, Madrid y Barcelona han apostado, según los ecologistas, por desarrollos urbanísticos insostenibles. Enric Tello, profesor de la Universidad de Barcelona y miembro de la Fundación Nueva Cultura del Agua, cree que "la filosofía que hay que seguir es que hay sequía y siempre la habrá". "Es de una ignorancia supina pensar que se puede acabar del todo con la sequía. Lo que hay que hacer es adaptarse a ella y prever mecanismos", afirma Tello. En Barcelona, la Agencia Catalana del Agua y Ecologistas en Acción han creado un programa llamado Cataluña ahorra agua por el que reparten por los pisos mecanismos que sirven para ahorrar agua en cisternas o en duchas.