"Cuando estás abajo las cosas van al revés"
"Cuando estás abajo, parece que todas las cosas van al revés". Con esta frase sentenció Joseba Etxeberria el ánimo del Athletic tras su extraña derrota ante el Deportivo, que cayó como un mazazo en el vestuario rojiblanco. Mazazo fue, precisamente, la palabra utilizada también por Julen Guerrero, al término del encuentro, para enjuiciar un resultado sorprendente por el juego y más sorprendente aún por el desarrollo de los goles.
A Javier Clemente, técnico del Athletic, sin embargo, casi todo le pareció bien. "No hay que cambiar nada", dijo en conferencia de prensa, refiriéndose al juego del Athletic. ¿Los errores? "Qué se le va a hacer. Lo importante es que hemos jugado a un alto nivel y más ritmo y más ocasiones es casi imposible tener. Los errores son cuestiones de mala suerte", afirmó. Respecto a los cambios realizados, Clemente señaló que Tiko fue sustituído "porque en el descanso llegó mareado al vestuario", en tanto que Amorebieta sufría una sobrecarga en el gemelo. Para Clemente, el Athletic mantuvo un buen tono salvo tras el 1-2, cuando se mostró "algo descompuesto".
Julen Guerrero, que volvía a ser titular 1.000 días después, se lamentaba de que el Deportivo "nos ha hecho dos goles sin tirar a puerta. Ha sido un auténtico mazazo", sentenció.
Joaquín Caparros, técnico del equipo gallego, reconoció que el triunfo del Depor tuvo "algo de fortuna, pero no podemos olvidar que esto no deja de ser un juego y hay que contar con ello".
Entrando en el partido, Caparrós señaló que el Athletic "con Urzaiz es un equipo muy complicado", lo que venía a agradecer implícitamente la decisión de Javier Clemente de dejarle durante 45 minutos en el banquillo, hasta que el partido empezó a navegar por rutas peligrosas.
Sin embargo Caparros prefería mirar al futuro: "Tenemos que mejorar en casa. Actualmente sólo el Barça y el Osasuna no tienen problemas en su estadio. Nosotros necesitamos mejorar en Riazor para aspirar a metas más altas", señaló
El Athletic ha pecado toda la temporada de una excesiva blandura en su zaga. Este defecto le ha costado muchos disgustos y, sobre todo, una sangría de puntos que le ha mantenido siempre en la zona peligrosa.
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