El mejor deportivo de Porsche
Todo el carácter del Porsche 911 con una línea más moderna y una mecánica mejor equilibrada que aporta un comportamiento dinámico superior, tanto en estabilidad como en confort y seguridad. Sus precios son altos, pero más asequibles que los de su hermano: desde 65.344 euros. El Cayman S es el mejor Porsche de la historia, al menos si se excluye el minoritario y superdeportivo Carrera GT, un purasangre imponente que ofrece toda la imagen y exclusividad de la marca alemana.
El nuevo Porsche comparte la base mecánica del descapotable Boxster, pero con una carrocería cerrada que completa la gama de acceso a esta marca. Se sitúa un escalón por debajo del mítico 911, pero en la práctica supera en todo a su hermano y cuesta 22.000 euros menos, una cifra respetable que el carisma y la tradición del deportivo más vendido de la historia del automóvil no logran compensar.
La línea del 911, actualizada
La línea del Cayman actualiza el estilo inconfundible de Porsche, y presenta una imagen muy deportiva y cuidada. El frontal es parecido al del 911, con unos faros similares y las tomas de aire en el parachoques. Pero añade unas aletas traseras más anchas y elevadas que potencian su deportividad y aportan un aspecto muy atlético. Lleva también un portón trasero bien integrado y muchos detalles que resaltan su carácter, desde las llantas de 18 pulgadas hasta las tomas de aire situadas en los laterales del eje posterior. Además, ofrece una aerodinámica muy eficiente (CX: 0,29), que incluye un carenado en la zona inferior del coche y un alerón posterior que se despliega a 120 km/h.
Aunque el Cayman se basa en el Boxster, presenta un aspecto diferenciado y está estudiado para ofrecer un comportamiento dinámico muy eficaz. Mantiene el motor en posición central de su hermano, la mejor solución para ofrecer un reparto de pesos idóneo, pero añade un chasis más rígido elaborado con materiales ligeros como el aluminio, que también se aplica en el capó delantero y las suspensiones para reducir el peso. El conjunto se completa con unas suspensiones impecables y unos frenos que superan cualquier exigencia.
Comodidad suficiente
A pesar de su carácter deportivo, el Cayman se adapta al uso diario. Sólo tiene dos plazas: no son muy amplias, pero tampoco agobian, y los asientos están bien estudiados para sujetar en las curvas sin penalizar el confort. Lo mismo sucede con las suspensiones, porque, a pesar de sus reglajes enérgicos, absorben bien y no son secas en los baches. Estas características, combinadas con un motor muy elástico y un embrague rápido pero poco exigente con el conductor, permiten circular sin problemas en ciudad y afrontar los viajes sin sacrificar la comodidad, aunque el sonido del motor se deja sentir más de lo deseable.
Por lo demás, el Cayman mantiene un interior muy parecido al del Boxster, con una posición de conducción similar, el techo duro en lugar de la capota y más espacio para objetos. Y cuenta con algunos huecos prácticos, como una guantera correcta, dos posavasos desplegables frente al copiloto, el apoyabrazos central con cofre interior y los dos de los laterales con bandejas interiores.
Un solo motor y dos cambios
El Cayman monta un motor 3.4 Boxer de seis cilindros y 295 CV acoplado a un cambio manual de seis marchas. Cuesta 65.344 euros, y es 6.900 euros más caro que el Boxster, su hermano descapotable. El equipo de serie es correcto, pero muy justo para el precio del coche: seis airbags, ABS, ESP y los detalles habituales, pero las opciones son caras y hasta el climatizador se paga aparte. Además se ofrece un cambio Tiptronic opcional de cinco velocidades.
Conclusión
El Cayman es un deportivo de aspecto imponente y comportamiento dinámico impecable. Tiene una línea con todo el poder de seducción de Porsche, un interior muy cuidado y una mecánica de alto rendimiento para disfrutar al máximo su eficacia. Pero el precio es excesivo y no se justifica con el equipo de serie.
DEPORTIVO CON DOS MALETEROS
Dentro de su deportividad, el Cayman tiene un interior justo en espacio, pero elegante y bien acabado. Destaca el diseño cuidado de todos los elementos, con ese toque de clase que distingue a Porsche y que se aprecia en el volante, la instrumentación, con tres relojes redondos, y los mandos. Los detalles metalizados realzan el conjunto y todo transmite sensación de calidad. La posición de conducción es muy deportiva, con el asiento bajo y las piernas estiradas. Pero no resulta incómoda, permite disfrutar la precisión de los mandos a gusto e incluye unos asientos que sujetan bien el cuerpo en las curvas. El nuevo Porsche aporta más soluciones prácticas que otros deportivos similares. La posición del motor en el centro impide situar dos pequeños asientos supletorios como los del 911 para casos de apuro, pero deja espacio delante y atrás para habilitar dos maleteros independientes. El primero es muy profundo y tiene 150 litros de capacidad. El trasero presenta unas formas más planas, incluye un práctico portón de carga y tiene 185 litros, aunque puede llegar a 260 si se carga hasta el techo.En la zaga impacta el aspecto musculoso de las aletas, que envuelven sus grandes ruedas, y la deportividad se realza con una doble salida de escape en el centro.
MENOS CARO QUE OTROS PORSCHE
El Cayman S es caro, pero menos que otros Porsche. Sale 20.000 euros más barato que un 911 Carrera con el mismo motor, incluye un equipo de serie equivalente y tiene un comportamiento más eficaz y seguro. En cambio, no ofrece las dos pequeñas plazas traseras de su hermano.El nuevo Porsche tiene un precio similar al M3, un purasangre más práctico con carrocería familiar y cuatro plazas, pero sin la imagen de un gran turismo y, aunque es más potente, las prestaciones son parecidas. Otra alternativa es el Nissan 350 Z: cuesta 22.000 euros menos con tapicería de cuero, asiento del conductor eléctrico, faros de xenón... El Audi TT es también 19.300 euros más barato y viene con tracción Quattro, cuero, faros de xenón y dos pequeñas plazas atrás. Ninguno de estos dos últimos tiene la imagen y el carácter de Porsche, pero la diferencia es excesiva.
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