Pilar Pitarch, brigadista internacional
Participó en la Batalla del Ebro como enfermera
Pilar Pitarch era hija de un socialista (seguidor de Largo Caballero) y su madre era católica practicante. La conocida brigadista internacional fallecida hace unos días en Suiza, que combatió la Batalla del Ebro en calidad de enfermera, mantenía contacto con numerosos de sus compañeros de la Guerra Civil. Disponía, además, de una nutrida correspondencia mantenida con varios dirigentes socialistas españoles, entre los cuales destacó Felipe González. En el momento de su fallecimiento, Pilar Pitarch llevaba dos años afiliada al colectivo del PSOE en Lausana y su última aparición pública fue el 22 de mayo, en Ginebra, cuando el secretario de organización del PSOE, José Blanco, estuvo en la célula ginebrina del partido, reunido en la Casa de las Asociaciones.
Cuando cumplió 90 años, Carta Digital, el órgano informativo del PSOE en Lausana, le dedicó un número especial y, en el mismo, Pitarch contó algunos de los pormenores de su vida. "Antes de la Guerra Civil, los enfermos y los heridos estaban cuidados por monjas que no tenían el título de enfermeras ni nada. El Gobierno de la República sacó un decreto que hizo realidad los diplomas de enfermera. Se estudiaba en la Facultad de Medicina de Madrid o de Barcelona. Como mi madre no quería que fuera artista de teatro, me decía que me casara y fuera mantenida por mi marido. Pero yo no quería eso porque estaba ya emancipada, gracias a mi padre. Cuando ví el decreto en el periódico, no me lo pensé más. Hice el diploma en Barcelona", contó.
A su hermano Domingo, el cuarto de su familia, lo fusilaron el 31 de agosto de 1936, "no había hecho nada a nadie". A pesar de sus 90 años cumplidos, Pitarch siempre conservó intacta su memoria. Recordaba con frecuencia a los heridos a quienes les salvó la vida, como el austriaco Frank Luda, de 24 años entonces, al que se le tuvieron que amputar las dos piernas debido a las heridas en el frente de guerra. "Ya repatriado, en Austria, estuvo trabajando con dos piernas artificiales en una fabrica, y lo hizo hasta su jubilación. Otro herido se llama Jiri Horski: aún vive, en Praga. Ahora tiene 93 años. Tengo correspondencia con él desde hace muchos años", recordaba.
Se casó con Marcos Colombar en 1947, con quien tuvo dos hijas: María Pilar y María José, quienes nacieron en Valencia. Por problemas con el fascismo español, se tuvo que exiliar en Francia, junto con su familia. Fue a dar a Argelia, donde vivió entre 1949 y 1962. "En 1961 se casó mi hija, la mayor (María Pilar) y entró en Suiza para vivir en Lausanne. Mi marido, que trabajaba de ebanista, se quedó sin trabajo a consecuencia de la guerra en Argelia y el cierre de fábricas. Se fue, pues, a trabajar en el Sahara, en una compañía de petróleo, el único lugar que nos quedaba", contó Pitarch. Temerosa que algún argelino violara a su segunda hija, le pidió ayuda a un sacerdote en la capital de dicho país, el padre Paul, que resultó ser suizo. "Le conté lo de mi hija y le pedí que me encontrara la dirección de un pensionado en Suiza para ella. Me dijo que se encargaba de todo. Tres días después, me dió la dirección de un pensionado de monjas en el cantón de Valais. Mi segunda hija viajó así a Suiza en ese año de 1961", añadió.
Con el paso del tiempo, esta segunda hija se enfermó y Pilar tuvo que irse al Valais a visitarle y sostenerla. Cuando quiso regresar a Argel, se enteró de que habían perdido el piso que tenían y avisó a su esposo. Este le propuso irse todos juntos a Suiza, para residir permanentemente.-
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