No hubo milagro en la mina
La falsa noticia del rescate indigna a las familias de los 12 muertos en Virginia Occidental
Fred Ware sabía que moriría trabajando en la mina. Era uno de los 13 mineros atrapados desde el lunes en Tallmansville (Virginia Occidental). Sus familiares esperaban un milagro que nunca llegó. Tan sólo hubo un superviviente, Randal McCloy, de 27 años, de los más jóvenes del grupo, que ayer se encontraba ingresado en estado crítico y sedado. Pero el drama que se vivió la pasada madrugada en la localidad minera fue aún mayor, porque las familias de los fallecidos fueron informadas, por un malentendido, de que eran 12 los supervivientes.
Hay muchas preguntas aún en el aire sobre lo sucedido en el condado de Buckhanoon. El primer cadáver se localizó cuando entraba la noche, a unos metros del lugar donde se había producido, 42 horas antes, el derrumbe de una pared de la mina. Los directivos de la compañía Internacional Coal pensaron que los otros 12 mineros se habrían trasladado a otras zonas de la mina para refugiarse y esperar el rescate. Pero los altos niveles de monóxido de carbono, tres veces por encima del nivel letal, hacían presagiar el peor de los desenlaces.
El accidente es el mayor desastre minero de los últimos cuatro años en EE UU
"Necesitamos un milagro", dijo el martes Ben Hatfield, consejero delegado de la minera. Y ese esperado milagro llegó a media noche, cuando comenzó a circular la noticia entre los familiares en vela de que 11 de los 12 mineros que quedaban por encontrar estaban vivos. La noticia corrió como la pólvora. El gobernador del Estado, Joe Manchin, fue el encargado de transmitir la buena nueva y comenzaron las celebraciones en Tallmansville, con las campanas de la iglesia de la localidad sonando en señal de júbilo.
El aparente feliz desenlace llegó cuando los diarios estaban cerrando sus ediciones. Pero sus eufóricos titulares de portada se desvanecieron tres horas después, a las 2.45 de la madrugada, cuando la compañía rectificó y confirmó que el único fallecido era, en realidad, el único superviviente, Randal McCloy. "El horrible, es increíble. Nunca viví algo parecido", decía Lynnette Ruby ante la confusión reinante, mientras desde fuera de la iglesia se escuchaban los gritos de rabia de los familiares.
John Casto, hermano de unos de los mineros fallecidos, dijo que no entendía lo que estaba pasando y se mostró enfadado con el gobernador. "Alguien entró en la iglesia y nos dijo que 12 personas estaban a salvo. No sé quién, es pero él es el responsable de esta confusión", remachó. Hatfield dejó claro que nunca transmitió esa noticia a los familiares y explicó que todo se debió a un error de interpretación de la información que circuló a través de los teléfonos móviles entre el equipo de rescate y la unidad central.
"Aquí lo digo. Estoy planteándome demandar a la compañía minera", decía una de las familiares, que no podía contener la rabia por lo sucedido, mientras su hija recordaba las 273 violaciones de las normas de seguridad detectadas durante los últimos dos años por las autoridades en la mina. Los familiares se sienten engañados por los ejecutivos de la compañía. "Es un momento muy emotivo y no me extraña que estén enfadados, porque tienen motivos para estar frustrados", dijo el responsable de la mina.
Los cadáveres fueron sacados de la mina a media mañana de ayer, mientras los familiares intentaban asimilar lo sucedido durante las horas previas. Los miembros del equipo de rescate explican que se encontraban juntos, detrás de una especie de cortina de tela que ellos mismos instalaron para protegerse del monóxido de carbono. El presidente estadounidense, George Bush, transmitió ayer desde el Pentágono sus condolencias a los familiares de las 12 víctimas y agradeció la labor del equipo de rescate.
El accidente en el condado de Buckhanoon es el mayor desastre minero en cuatro años en Estados Unidos. Randal McCloy será el único que podrá esclarecer lo sucedido en la mina. Pero de momento permanece sedado en la unidad de cuidados intensivos del Hospital de Morgantown, porque sufre de deshidratación y problemas respiratorios provocados por la crisis. "Responde a los estímulos", dijo el doctor Lawrence Roberts, que destacaba que la evolución del joven está siendo muy positiva.
Los títulos de la compañía minera, que comenzó a cotizar en Wall Street el año pasado, cayeron un 2,3% en la jornada de ayer en Nueva York. "Vamos a aprender del accidente", remachó Ben Hatfield, el consejero delegado. El grupo minero cuenta en la actualidad con una docena de centros de extracción en el país. Una investigación debe determinar ahora la causa del accidente, que en principio se debió a una explosión provocada en la mañana del lunes por la acumulación de gas metano mientras la mina permaneció cerrada durante las vacaciones de Navidad.
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