Detenidos en Sevilla los supuestos asesinos de un policía portugués
El núcleo del grupo de ocho asaltantes que el pasado 11 de diciembre mató de un tiro en la cabeza al jefe de policía portugués Sérgio Martins, cuando la banda huía en coche tras asaltar un cajero automático en Lagos (Algarve) fue desmantelado ayer, en Sevilla, con la detención del presunto autor del disparo y del líder de la cuadrilla. Según la Policía Judicial lusa y el Ministerio del Interior español, el cabecilla era el portugués Augusto S. d. A., alias El Pecas, de 30 años, que fue detenido ayer de madrugada en el poblado sevillano de El Vacíe junto al supuesto autor material del crimen, Florentino S. J., de 25 años.
Las fuerzas de seguridad españolas y portuguesas venían trabajado en la operación desde que la banda hispanoportuguesa, formada según subrayó ayer la policía española por varios miembros de una "conocida familia de etnia gitana" liderada por El Pecas y por algunos amigos o compañeros de delitos, se dio a la fuga en Lagos; la policía lusa montó un gran dispositivo de búsqueda los días posteriores al asesinato, pero los asaltantes lograron cruzar la frontera y las autoridades lusas dictaron euroórdenes de captura contra ellos el día 22 de diciembre.
Cinco días después, el 27, a consecuencia de una reyerta a tiros sucedida entre varias familias residentes en El Vacíe, en la que resultó lesionado Ignacio S., padre de El Pecas, la policía española abrió la llamada Operación Pecas. Ese mismo día, con motivo de la reyerta, detuvo a un hermano de El Pecas, Francisco S. d. A., y un cuñado, Adolfo R. R. Dos días después, fue arrestado Mario S. d. A., otro hermano de El Pecas, y Ricardo J. J; y el día 31, Arturo R. R.
Un grupo violento y sin reglas
Paralelamente, la policía portuguesa lograba detener a otro presunto miembro de la banda en territorio luso, sin que haya trascendido su identidad. Según la policía portuguesa, todos los detenidos tienen antecedentes penales, y de acuerdo con Carlos do Carmo, coordinador de la Policía Judicial en Portimão, el grupo, que operaba ya hace algunos meses en Portugal, particularmente en el Algarve, "actuaba sin reglas", era muy "violento", "robaba para vivir" y "mataba a todo el que se atravesaba en su camino".
El agente Sergio Martins, de 49 años, murió en el acto de un tiro en la cabeza cuando trataba de interceptar, junto a cuatro compañeros, la huida de los atracadores, que atravesaron un control situado en una rotonda de Lagos en un Mercedes negro de alta cilindrada, a las cinco de la mañana. Esa madrugada la banda había realizado su último asalto. Varios encapuchados, que según los testigos hablaban en español y llegaron a Vila do Bispo, punta occidental del Algarve, en un Opel Astra de matrícula española, destrozaron la entrada de un supermercado y arrancaron de cuajo un cajero automático que luego montaron en una grúa que habían robado poco antes en Portimão.
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