Al Getafe le pierden los penaltis
Güiza y Paunovic fallan dos veces la misma pena máxima y Jarque adelanta al Espanyol
Pocas veces se repetirá la anécdota, ver cómo un equipo, en esta ocasión el Getafe, desperdicia dos penaltis en cosa de un minuto. Para regocijo del Espanyol, que sí creyó en la victoria. En realidad Güiza y Paunovic fallaron la misma ocasión, porque Muñiz Fernández mandó repetir el lanzamiento a las nubes del jerezano por invasión del área. Paunovic no fue menos, y su actuación fue un calco de la de su compañero. Los dos metieron la bota muy baja, sembraron la hierba de tierra y chutaron a las estrellas.
Tanta mala pata tuvo su toque de ironía porque el gol blanquiazul se produjo inmediatamente después, en un saque de falta que además lanzó Coro, recién salido. No dio tiempo a que lo hiciera De la Peña, como requería Lotina. Lo Pelat saltó al campo un minuto después del cabezazo de Jarque.
GETAFE 0 - ESPANYOL 1
Getafe: Calatayud; Pulido, Matellán, Berenguer, Paredes; Vivar Dorado, Celestini (Alberto, m. 61); Redondo (Pachón, m. 81), Craioveanu (Paunovic, m. 61), Gavilán; y Güiza.
Espanyol: Gorka; Moisés, Jarque, Lopo, Domi; Ito, Costa; Juanfran (De la Peña, m. 86), Fredson (Zabaleta, m. 68), Jofre (Coro, m. 82); y Jonathan.
Goles: 0-1. M. 86. Falta que lanza Coro y Jarque remata de cabeza.
Árbitro: Muñiz Fernández. Amonestó a Pulido, Domi, Lopo, Ito, Jofre, Jarque y Matellán.
Unos 9.000 espectadores en el Coliséum Alfonso Pérez.
Con la mente centrada en el derby del sábado con el Barça, sin una ristra de gente importante -casos de Luis García, Tamudo o Pocchetino-, el Espanyol cumplió la misión de desarticular el juego alegre, sin reparar en gastos, que adoctrina Bernd Schuster. Aparte de la nula puntería de sus puntas, más romos que de costumbre, el Getafe notó la ausencia por descanso de Riki, que repercutió en las diagonales de Gavilán. El extremo izquierdo, cedido por el Valencia, ahogó a Moisés, pero su peligro habría sido mayor con la presencia del delantero de Aranjuez en el tapete. Sin él, el camino a los dominios de Gorka Iraizoz se hizo evidente. Para desespero de Güiza, que se tiró mil veces en el área y quien, salvo un par de disparos escasos de malicia, erró por el césped como un fantasma.
Si el jerezano no bajaba ni harto de vino a echar una mano al centro del campo, Juanfran se fabricaba las ocasiones a base de piernas. Sobrado, desbordó a la línea de organizadores, a los centrales y se topó con los pies de Calatayud.
Las ausencias, por lo demás,no afectaron a las defensas, sobrias y compactas. El Espanyol se mostró superior en la medular, por mucho que Schuster buscara remedio en el cambio de Celestini por Alberto. El zagal no bastó para devolverle el sentido a un Getafe con las líneas muy separadas. Con sus organizadores atascados, los locales apelaron a la heroica y, tromba va tromba viene, entre empujones y bajo balones llovidos del cielo, llegaron los penaltis. Todo un brindis al sol de los madrileños, cuya defensa, absorta en el infortunio, perdió la concentración. Y Jarque no perdonó.
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