El arte digital cumple diez años, pero sigue siendo un desconocido
Falta una política de financiación y de información adecuada y que los directores de museos y comisarios de exposiciones arriesguen más
Tras superar la boya de los 10 años, el arte new media, definición que reúne todas las expresiones creativas vinculadas a Internet y las nuevas tecnologías, parece haber lentificado su velocidad y potencia de impacto en el mundo del arte.
"No hay que preocuparse. La fotografía tardó 30 años en alcanzar ámbitos donde el arte digital ya se ha infiltrado", afirma Antoni Abad, uno de los pocos artistas españoles que consiguen presentar sus proyectos colaborativos en Internet en prestigiosas instituciones.
Tras el primer entusiasmo, los museos y centros de arte contemporáneo, que por definición deberían dedicarse a investigar y preservar las expresiones artísticas de la contemporaneidad (con especial atención a las más minoritarias y menos comerciales, como el arte digital, que resultan más vulnerables), parecen haber vuelto a lo conocido. Si los galeristas y coleccionistas se preocupan de la escasa rentabilidad del arte digital como bien de inversión, en el caso de los directores de museos y comisarios de exposiciones se trata sobre todo de pereza, tanto mental como organizativa.
Básicamente, el arte new media sigue siendo un gran desconocido. Por ello, uno de los principales retos de 2006 es un compromiso con la información y la divulgación, que permita dar a conocer las obras existentes y superar la faceta comercial de las herramientas digitales, encabezadas por Internet, para ponerlas a disposición de los propios usuarios como ámbito de creación, social y democrático.
"Ya basta de crear espacios de exposición, las instituciones y fundaciones privadas deben asumir que el verdadero acceso a la cultura pasa por facilitar a los ciudadanos los medios de producción. También las galerías deberían replantearse su función y entrar en una dinámica de comercio justo, remunerando adecuadamente a los artistas, sin escatimar sus derechos", afirma Roc Parés, artista, docente y directivo de la Asociación de Artistas Visuales de Cataluña.
Pere Soldevila, de la Galería Metropolitana, uno de los rarísimos galeristas españoles que ha apostado por los nuevos medios, señala: "Las instituciones deben respetar los derechos de autor y los contratos de los artistas con sus galerías. No puede existir una profesionalización del sector si las instituciones rehúsan pagar honorarios a los artistas y a las galerías que los representan".
La insuficiencia de fondos es uno de los males crónicos del sector: falta una política de financiación adecuada, y los premios y becas consiguen acallar sólo en parte las malas conciencias. "Aunque la Fundación Española Ciencia y Tecnología (FECYT) está a punto de publicar un Libro Blanco sobre la situación actual en España, se palpa una alarmante falta de compromiso político desde el Ministerio de Cultura", subraya Parés.
Mayor compromiso
"La importancia estratégica de la intersección entre arte, ciencia y tecnología en la sociedad contemporánea, impone un compromiso firme por parte del ministerio a proyectos como el Observatorio ACT, orientado a impulsar la aplicación de las políticas propuestas por el Libro Blanco y a realizar un seguimiento continuado de la situación del sector", añade José Luis Brea, profesor de la Universidad Carlos III de Madrid y fundador de Aleph, la primera web española dedicada a la investigación y divulgación de las prácticas artísticas vinculadas a Internet.
Vicente Matallana, fundador de la productora madrileña La Agencia, explica que la clave reside en una alianza con las empresas tecnológicas "porque permitiría no sólo la viabilidad de un medio que precisa de los recursos de la industria, sino también el desarrollo de sinergias dentro de un marco de beneficio mutuo".
Otra asignatura pendiente es la relación con las universidades: "El reto es crear fondos institucionales para que los artistas dejen de estar excluidos de la investigación académica", apunta Parés. A juicio de la experta brasileña Claudia Giannetti, directora del Media Centre d'Art i Disseny de Barcelona, pionero en ofrecer cursos de formación específicos, hay que potenciar las relaciones con América Latina. "En 2006 pondremos en marcha un gran proyecto de cooperación iberoamericana para ofrecer cursos de muy bajo coste, tanto presenciales como online, con el objetivo de llegar a un público muy activo y receptivo, que carece de recursos económicos", afirma Giannetti.
Paralelamente cobra importancia la conservación del patrimonio electrónico y digital. "Hay que potenciar la producción, pero hay que empezar a preocuparse por la conservación. En España no hay institución que se ocupe de estas obras, así que obras pioneras como las del grupo madrileño Centro de Cálculo van desapareciendo", concluye Giannetti.
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