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Cuatro viviendas de Pan Bendito recibieron impactos de bala en Nochevieja

Oriol Güell

El disparo que mató al inmigrante rumano L. M. F., de 23 años, que fue alcanzado por una bala cuando salía a la ventana de un quinto piso en Nochevieja, no fue el único que sonó ese día en Pan Bendito (Carabanchel).

La policía investiga, al menos, otros tres disparos que alcanzaron a otras tantas viviendas en las inmediaciones, según han denunciado los ocupantes de los pisos en los dos últimos días y confirmaron ayer fuentes de la investigación.

Todo ello hace pensar a la policía que una o más personas cruzaron el barrio por la Vía Lusitana y calles aledañas, mientras disparaban al aire.Todo ocurrió sobre las 3.45 del primer día del año que acababa de empezar. A esa hora L. M. F. se asomó a la ventana del quinto piso en el que varias personas celebraban la Nochevieja. De repente, el inmigrante rumano cayó al suelo y la sangre empezó a correr sobre el piso bajo su cuerpo. Una bala le había alcanzado el hemitórax izquierdo y, pese a los cuidados prestados por los médicos del Summa y los demás participantes en la fiesta, le causó la muerte poco después.

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Los primeros indicios que manejan los investigadores policiales indican que a esa hora un mínimo de dos armas iban escupiendo fuego desde la calle a manos de una o más personas. Los investigadores creen que las armas utilizadas eran cortas, pistolas o revólveres, y casi dan por descartado que fueran usadas escopetas o rifles.

L. M. F. murió en el quinto piso del número 8 de la plaza de la Rendición de Breda. Ayer fue conocido que otro piso situado a unos 250 metros, en la Vía Lusitana, 114, recibió otra bala, que rompió el cristal de la ventana de un baño.

Los propietarios, que no estaban en casa en el momento de la rotura del cristal, la atribuyeron a un petardo. Fue al barrer los cristales, según denunciaron a la policía, cuando encontraron la bala.

Otras dos personas han hecho saber a la policía en los dos últimos días que también sus viviendas han sido alcanzadas por proyectiles de armas de fuego. En los dos casos, se trata de viviendas "muy cercanas" a las otras dos, según fuentes de la investigación

Todo ello ha llevado a la policía a descartar que la muerte del inmigrante rumano pueda tratarse de un ajuste de cuentas o que él fuera el objetivo del disparo que le mató.

"Fue una desgracia. El hombre estaba en el momento justo en el lugar exacto donde no debía estar, por donde volaba una bala", afirmaron fuentes de la investigación.

Éstas se inclinan por pensar que, aprovechándose de la noche y del ruido de las celebraciones, varias personas decidieron disparar al azar al aire, aunque varias balas se toparan en su trayectoria con los edificios que rodean a las calles de esta zona del barrio de Pan Bendito.

El forense realizó ayer la autopsia al cadáver del inmigrante rumano, del cual extrajo la bala que le mató. Ésta será comparada con las otras tres localizadas hasta el momento para determinar el número de armas utilizadas.

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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