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La justicia avanza en sus pesquisas sobre tráfico de influencias en el Capitolio

Abramoff pacta con la fiscalía estadounidense

Yolanda Monge

Jack Abramoff, afamado lobbysta con múltiples lazos en los círculos de poder de Washington, se declaró ayer culpable de fraude, corrupción y evasión fiscal tras llegar a un acuerdo con la Fiscalía que supondrá una rebaja de su condena al colaborar en una amplia investigación gubernamental que afecta a miembros del Congreso de Estados Unidos, según informó el Departamento de Justicia. Abramoff se enfrentaba a una pena de 30 años de cárcel si era condenado por tales cargos, pena que ahora quedaría reducida a 10 y a un pago de 500.000 dólares.

La cara menos conocida en España de uno de los hombres del presidente George W. Bush tiene muchos frentes abiertos con la justicia. Su caso ha dejado al descubierto los supuestos sobornos y regalos que Abramoff habría dado a un congresista -identificado por diversas fuentes como Bob Ney, republicano por Ohio- a cambio de que éste le permitiese usar su despacho para ayudar a sus clientes. Ney declaró ayer a través de su abogado no haber hecho nada fraudulento. A la vez, Abramoff se declaró culpable de fraude y conspiración en Florida tras alcanzar otro acuerdo sobre la compra fraudulenta de una compañía de casinos flotantes indios.

Tras los acuerdos alcanzados, Abramoff, 47 años, deberá testificar contra varios miembros del Congreso y sus ayudantes que recibieron favores de este lobbysta o de sus clientes. El Departamento de Justicia informaba ayer de que al menos 20 legisladores podrían ser salpicados por las revelaciones de Abramoff. Los viajes de este último con el antiguo líder de la mayoría de la Cámara de Representantes Tom DeLay -acusado de lavado de dinero, cargo por el que tuvo que dejar su puesto- están también bajo investigación. Las conexiones de Abramoff con el congresista tejano DeLay tienen que ver con donaciones electorales o viajes proporcionados por el lobbysta a DeLay y a otros legisladores.

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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