"La imagen nos define y nos distancia de otros grupos"
Son los toreros del rock and roll, con sus llamativos trajes de luces y apoteósicas faenas en directo. Con su debú discográfico, titulado Permission to land y editado en 2003, se adueñaron de los grandes foros y ruedos. The Darkness, el grupo británico que lidera Justin Hawkins, prepara ahora una nueva gira para dar a conocer su segunda puesta de largo con One way ticket to hell... and back.
Del modisto al estudio y vuelta al modisto. Hay prioridades en la trayectoria de The Darkness y, para su cantante y rey del falsete, Justin Hawkins, la imagen del grupo es tan importante como el rock que afila con su hermano Dan y el resto del cuarteto británico. La banda entregó hace un par de meses su segundo largo, One way to hell... and back, pero regresó días atrás al estudio que han montado en su natal Norfolk, al este de Inglaterra, para grabar una serie de temas adicionales. "Estoy muy orgulloso del disco. La producción es más fastuosa y la técnica más ingeniosa. Hemos aprendido mucho en el proceso y estoy encantado con el resultado. Las piezas que acabamos de grabar son los mejores temas B que hemos compuesto hasta la fecha. Aun no me he recuperado del subidón", dice Justin, de 30 años.
En leotardos
Las pruebas de vestuario apenas le dejan una mañana libre y el histriónico artista opta por hacer la entrevista por teléfono. "Es importante cuidar la imagen y asociarla con nuestra música", dice desde su piso al norte de Londres. "La imagen nos define y a la vez nos distancia de otras bandas. Me gusta ponerme leotardos, monos ajustados y toda esa parafernalia que atrae la atención de la gente. Hay que entretener al público y para conseguirlo es necesario esforzarse. La imagen juega un papel importante es la carrera musical de cualquier grupo".
Han pasado cerca de tres años desde su estruendoso Permission to land, y la fama, los premios, las fiestas y la vida en carretera se han cobrado una víctima. El bajista original, Francis Poullain, fue expulsado de la banda el pasado mayo por "diferencias musicales", según explica Justin. También se ha hablado de choque de personalidades y de una creciente desconfianza entre los viejos colegas de formación. Algo hervía en el trastero pues minutos después de despedir a Francis, los hermanos Hawkins encontraban suplente en la figura de Richie Edwards. "Es un gran tipo. Perfecto a todos los niveles", reconoce el cantante.
The Darkness cede la producción de One way ticket to hell... and back a Roy Thomas Baker, responsable de Bohemian Rapsody, de Queen, entre otros álbumes cuyo eco resuena en el nuevo disco. "También produjo a bandas como The Cars, Cheap Trick o, mi favorita, Foreigner. Roy definió los parámetros del rock en los discos que ha producido y era el mejor tipo para realizar la tarea. Es un saco de ideas y no le asusta probar cosas distintas. Mola porque sin la libertad de experimentar, ese saco quedaría vacío a la larga", razona Justin.
Entre trallas de guitarra se escuchan sonidos, como la zampoña, rara vez identificados con el metal o rock duro que pregonan The Darkness. "Los aporta un músico peruano de 18 años, Freddie Gomez, un conocido de Roy. Es un instrumento inusual que abre nuestra música. Es importante evitar las limitaciones. No hay que restringirse a las guitarras y batería para crear rock".
"Ser músico", añade el vocalista, "es el mejor trabajo del mundo. Es lo que siempre he querido hacer y en lo que llevo metido desde los 14 años. Mi voz es mi principal activo, algo que no se puede falsear ni adquirir. Puedes aprender a tocar la guitarra, pero si no cantas a tono nunca jamás cantarás bien".
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