Iberdrola agita el mapa energético de Portugal

"Espero y deseo que EDP permanezca bajo control portugués". Eso afirmó ayer Aníbal Cavaco Silva, principal candidato a ocupar la presidencia de Portugal en las elecciones del próximo día 22. Su opinión es una más entre las muchas que ayer se desataron en Portugal por la anunciada entrada de Iberdrola en el Consejo de Administración de Electricidad de Portugal (EDP). El propio presidente de la República, Jorge Sampaio, recibió ayer al ministro de Economía, Manuel Pinho, para conocer de primera mano los detalles del nuevo modelo de administración de EDP, que ha desembocado en la dimisión del presidente ejecutivo de la eléctrica, João Talone.

Sampaio se reunió ya el lunes con el presidente del banco Millennium BCP, Paulo Teixeira Pinto, que acudió al Palacio de Belém en representación de los principales accionistas privados de EDP para conocer sus impresiones sobre la actual situación. Los movimientos no han parado desde que el ministro luso de Economía, Manuel Pinho, anunció el día de fin de año de 2005 que EDP cambiará su modelo de gestión y tendrá un consejo superior en el que estarán representados los principales accionistas de la empresa (entre ellos Iberdrola), y un consejo de administración con funciones ejecutivas.

Pinho admitió la posibilidad de que Iberdrola, que controla el 5,7% de EDP, pueda entrar en este consejo superior de la eléctrica portuguesa, pero no en el de administración. La fórmula alcanzada, según dijeron ayer a este diario analistas independientes, es que el representante de Iberdrola en el consejo se ausentará cuando se traten allí asuntos relacionados con la estrategia de EDP en España.

Ante esa posibilidad, Talone, emitió el lunes un comunicado personal en el que considera "totalmente inaceptable" la entrada de Iberdrola en el consejo, antes de anunciar que renuncia a un nuevo mandato al frente de la empresa, por lo que saldrá de la compañía a finales de marzo próximo.

En realidad, la dimisión de Talone es una muerte anunciada, puesto que ya hace días la prensa nacional -que califica los movimientos en las empresas energéticas lusas como un baile de máscaras y corrupción- viene especulando con el nombre de su seguro sustituto, António Mexia.

Mexia, ministro de Obras Públicas con el Gobierno derechista del PSD (Partido Social Demócrata) de Santana Lopes, fue nombrado presidente ejecutivo de Galp por el Gobierno socialista de António Gutérres, siendo ministro de Economía Joaquim Pina Moura, que es el actual presidente ejecutivo de Iberdrola Portugal y todavía diputado socialista.

Mexia luchó duramente contra Talone para entorpecer la fusión entre Galp y EDP, que era la base del modelo energético propuesto por el PSD.

Con el 5,7% del capital, Iberdrola es el primer inversor privado de EDP, seguido de Cajastur (5,53%), la entidad estatal Caixa General de Depósitos (4,8%), el Millennium BCP (2,9%) y la concesionaria de autopistas Brisa (2%), además de la sociedad de titularidad pública Parpública (20,6%).

Según han dicho diversos diarios en los últimos días, el nuevo modelo de administración de EDP daría sitio en el consejo a todos los socios con más de un 2%. Ya se ha hecho pública la fuerte oposición de Cajastur y la plena disponibilidad de los privados portugueses a este modelo. Hasta ahora, la entidad de ahorros asturiana había sido la gran aliada ibérica de EDP, pues ambas tienen en Hidrocantábrico su vehículo de expansión en España desde el acuerdo firmado el 28 de enero de 2005, por el que EDP pasó a controlar Hidrocantábrico, y Cajastur compró el 5,53% de EDP.

Los responsables de Cajastur (Manuel Menéndez) y EDP (Talone) nunca escondieron que aquel acuerdo fue un bloqueo estratégico contra Iberdrola.