Milagro en la Nochevieja de Río
El gran espectáculo de la casi media hora de fuegos artificiales en la mítica playa de Copacabana en Río de Janeiro, con la presencia de más de dos millones de personas, entre ellas medio millón de turistas de todo el mundo, acabará probablemente en el libro Guinness de los Récords tal como ha pedido el alcalde de la ciudad César Maia, para que sea considerado el mayor espectáculo de fin de año del mundo. Pero sobretodo pasará a la historia por el milagro sobrenatural, que, según los cariocas y las mismas autoridades, tuvo lugar esa Nochevieja. Resulta que los meteorólogos no se ponían de acuerdo sobre si iba a llover o no en el momento de las campanadas del fin de año y de la explosión de los fuegos. Para unos el cielo estaría limpio, para otros iba a llover torrencialmente. El miedo era grande. Para evitar lo peor la alcaldía, a través de la subsecretaria de festejos, Ana Maria Maia, pidió la ayuda sobrenatural de la médium y "madre de Santo" (una especie de sacerdotisa del culto africano) Adelaide Scritori, presidente de la Fundación Cacique Cobral que se considera capaz de controlar el tiempo. Y el milagro se realizó. Fue una Nochevieja sin lluvia. Pero para que quedase evidencia de la fuerza sobrenatural de la médium, el milagro duró sólo el tiempo para la fiesta y el lanzamiento de los impresionantes fuegos artificiales. Después, acabado el milagro, llegó la lluvia. Más claro, agua. Los cariocas están seguros de que 2006 será, pues, un año maravilloso. Y claro, que Brasil vencerá de nuevo en el Mundial de fútbol.
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