Las croquetas del amor
Durante casi todo el año, los cocineros televisivos estimulan nuestro sentido del gusto con sus recetas. Esta semana, su propuesta redunda en esa gula colectiva que tanto dificulta la digestión. Por si eso fuera poco, hay que sumar a la concurrida nómina de telecocineros a Bruno Oteiza, que aparece en Tele 5 a la misma hora que José Andrés lo hace en TVE-1. El martes lucharon para captar nuestra atención con productos aparentemente enlatados y nos obligaron a una intensa gimnasia pulgar con el mando a distancia. Andrés preparó unas apetitosas croquetas de jamón y pollo, y Oteiza, unos convincentes langostinos salteados con verduras servidos sobre un plato negro que parecía un cenicero conmemorativo del fin del tabaco (tema tratado por Enfoque, La 2, y por el especial antitabaco de Antena 3). Andrés sigue sin lavarse demasiado las manos, no lleva delantal, pero, de repente, te abruma con una didáctica lección sobre los lípidos. Oteiza, en cambio, habla demasiado, canta y cuenta anécdotas de relativo interés como si fueran batallitas de la mili. Impulsado por un legítimo deseo de gustar, incluso se atreve con frases como: "Cocinar es amar". Según Love story, amar era no tener que decir nunca lo siento. Ergo: cocinar sería no tener que decir nunca lo siento. Lo dudo. Después de probar según qué inventos, algunos cocineros deberían pasarse años pidiendo perdón.
Mientras tanto, Andrés recibía a Josemi Rodríguez-Sieiro, experto en buenos modales. Se presentó con su propio libro bajo el brazo y se lo regaló al cocinero, saltándose así las mínimas leyes del autobombo. A la hora de comer las croquetas, en cambio, Josemi utilizó los dedos, lo cual dice mucho a su favor y relativiza el fundamentalismo protocolario. Fue una tarde de excesos. En El diario de Patricia (Antena 3) se produjo una situación de reconciliación humillante. Una mujer acusó a su marido de serle infiel después de haberle pillado con una caja de Viagra. Está claro: llegado a cierto grado de putrefacción, amar sólo consiste en decir lo siento.
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