Gordon Duncan, gaitero

Gordon Duncan era uno de los gaiteros más innovadores y activos de las nuevas generaciones. Trabajó con los principales grupos de su país, como Capercaillie y Wolfstone. El 14 de diciembre se quitó la vida en su propia casa.

El colectivo de la música celta escocesa recordará este 2005 como un año cruel. Si en enero un cáncer le arrebataba con 33 años a uno de sus músicos más avanzados, Martynn Bennet, el pasado día 14 se encontraba el cuerpo sin vida de otro gaitero joven y renovador, Gordon Duncan, en su domicilio del pequeño pueblo de Edradour, Pitlochry. Tenía 41 años, tres discos en solitario y un sólido historial con algunos de los mejores grupos folclóricos del país, como Wolfstone, Capercaillie, Tannahill Weavers, Ceolbeg, la banda de Dougie MacLean o, más recientemente, Clueless.

Fue su padre quien enseñó a Gordon a tocar la gaita escocesa cuando el chaval apenas había cumplido los ocho años. Desde entonces frecuentó las bandas tradicionales de gaitas, pero también se interesó enseguida por otras formulaciones más adelantadas de la música celta.

Los aficionados españoles recuerdan, sobre todo, su paso por el grupo de folk-rock Wolfstone, con los que grabó su disco acaso más popular por estas tierras, Year of the dog (1994). En la actualidad militaba en Clueless, la formación impulsada hace cinco temporadas por el que fuera primer cantante de Wolfstone, Ivan Drever.

Gordon Duncan ganó en dos ocasiones el prestigioso premio Macallan que el festival de Lorient (Bretaña) concede al mejor gaitero, y registró como solista los álbumes Just for Seamas, Thunderstruck y The circular breath.

Su estilo, virtuoso e imaginativo, le valió apelativos como El Paganini de la gaita escocesa o El tesoro nacional. Algunas de sus composiciones (Andy Renwick's ferret, Pressed for time) forman ya parte del repertorio que las bandas de gaitas difunden por los festivales folclóricos de medio mundo.-