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Reportaje:RAFAEL NADAL | REVELACIÓN ESPAÑOLA DEL AÑO | LA ENCUESTA DE EL PAÍS | Los mejores de 2005

El campeón indomable

Rafael Nadal ganó en Roland Garros y en otros 10 torneos y acabó sólo detrás de Federer

¿Es realmente una revelación? Aunque Rafael Nadal, de 19 años, ganó en este apartado en la encuesta de EL PAÍS, lo que consigue por segundo año consecutivo, la verdad es que el tenista español estuvo también en la pugna por ser el mejor deportista español del año con Fernando Alonso. Y su victoria en Roland Garros compitió, asimismo, con el Mundial de fórmula 1, como momento estelar del año.

Sin embargo, cuando se le pregunta a Toni Nadal, su tío y entrenador, si también él consideraba que lo de Rafa había sido una revelación, su respuesta no deja lugar a las dudas. "Si lo analizamos en función de lo que se esperaba de él y de nuestras expectativas, desde luego que sí", sentencia con su flema habitual. "Nosotros no podíamos ni soñar que Rafa ganaría en Roland Garros, que sumaría 11 torneos y que acabaría como segundo jugador mundial. Concluyendo entre los 15 primeros del mundo ya nos habríamos dado por satisfechos".

La explosión de Rafa Nadal debía haberse producido dos años antes. Pero sendas lesiones impidieron al manacorí jugar la temporada de tierra batida en 2003 y 2004 y demostrar su calidad en Roland Garros. Sin embargo, cuando en diciembre de 2004 ganó a Andy Roddick en la final de la Copa Davis que se disputó en Sevilla, y que España conquistó ante Estados Unidos, todo el mundo comprendió que el mallorquín tenía nivel para cualquier cosa.

La fuerza de su tenis radica fundamentalmente en su cabeza y en su fortaleza física. Mentalmente no hay jugador que le iguale. Y físicamente es más sólido que los demás. Soporta el desgaste y saca un golpe ganador cuando llega apuradamente a devolver una bola. Sorprende y asusta.

Tal vez por eso pocos se extrañaron cuando le vieron ganar en Costa do Sauipe y Acapulco a principios de año, y cuando después llegó a la final del Masters Series de Miami y arrasó en la temporada de tierra batida, ganando consecutivamente en Montecarlo, Barcelona, Roma y Roland Garros. París era su reto. Y pasó por él sin pestañear a pesar de chocar con rivales como Gasquet, Grosjean, Ferrer, Federer y Puerta. "Fue algo extraordinario", reconoce Toni Nadal. "Repetir la temporada de tierra batida será casi imposible. Sólo perdió dos partidos y desde Valencia [en abril] permanece imbatido en tierra".

Sin embargo, el gran valor de Nadal este año fue demostrar que no sólo sabe jugar en tierra batida. Entre los cuatro Masters Series que ganó están los de Montreal y Madrid, en pistas rápida e indoor respectivamente. Y lo que realmente le convierte en una revelación no es sólo lo que ha conseguido, sino las expectativas que se vislumbran.

Nadal, eufórico tras ganar a Agassi en la final de Montreal.
Nadal, eufórico tras ganar a Agassi en la final de Montreal.REUTERS

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