El tejido financiero de Amancio Ortega
El gigante textil, propietario de Inditex, apuesta por la banca tras adquirir el 5% del Pastor
El nombre del presidente de Inditex, Amancio Ortega, posiblemente el empresario más discreto de España y seguramente el más rico, ha aparecido más veces en los titulares de prensa en los dos últimos meses que durante los años que le llevó construir calladamente su imperio. A finales de septiembre pasado se habló de él por su participación en el fallido intento del capital gallego de retomar el control de Unión Fenosa. Esta misma semana, por su desembarco en el Banco Pastor, un 4,95%, que le convierte en el primer accionista privado de la entidad coruñesa.
El desembolso de los 122,7 millones de euros que supuso la compra no ha sido una operación de riesgo para Ortega, al que este año la revista Forbes le calcula una fortuna de 10.500 millones. En esta lista mundial de millonarios entró en 2001 en el puesto 43 y ahora ocupa el 23, entre el magnate petrolero-futbolístico Roman Abramóvich y Silvio Berlusconi. El creador de Zara no tardó una semana en hacerse con el paquete accionarial del que se había deshecho Caixa Galicia, e indicó que su intención era alcanzar el 10% en el futuro. La operación se realizó a plena sintonía entre ambas partes.
El empresario cuenta con fondos de capital riesgo con el Santander y el BBVA
En algunos círculos empresariales coruñeses se atribuye parte de la decisión a la buena amistad que mantiene Amancio Ortega con José María Arias, presidente del Pastor. Veranean juntos, y entre sus hijos hay también una excelente relación. Incluso hubo un romance que, al parecer, no ha prosperado.
Pero otros están convencidos de que esta relación es algo más que una mano amiga que acude para dar estabilidad accionarial a la entidad y a su núcleo duro, la Fundación Barrié de la Maza, que posee el 40,71% del capital. Desde que sacó a Bolsa el 26% del capital de Zara, hace cuatro años, Ortega no ha dejado precisamente dormir al dinero, pero tampoco lo había sometido a grandes ni a públicos esfuerzos.
A través de varias sociedades de cartera (Ponte Gadea, Licidia, Gartler, Caroada o Inversiones Menlle), sincav (Alazán, Keblar y Gramela) o inmobiliarias (Ponte Gadea Inmobiliaria, Grilse), Ortega ha realizado importantes inversiones en Agbar (5%) y en la cadena NH (10%), y, sobre todo, se ha hecho con numerosas propiedades inmobiliarias en España y Europa. En el proceso privatizador de Enausa, concesionaria de autopistas en Asturias, Galicia, León y Madrid, controlada por Sacyr, estudió la posibilidad de hacerse con la red gallega y hace un año suscribió fondos de capital riesgo por un total de 38 millones.
Pero asumir el 5% de un banco y declarar su intención de optar a un 10% ha sido la puesta de largo en sociedad del dirigente de Inditex en lo que se refiere a grandes operaciones financieras. "Ha sido una apuesta por diversificar inversiones y, a la vez, fortalecer Ponte Gadea como empresa", aseguran fuentes cercanas al grupo con sede en Arteixo (A Coruña), que resaltan, además, la relevancia de la operación en la "normalización y profesionalización" del mundo financiero de Galicia. Otras fuentes atribuyen la actual política de inversiones a dos hombres fuertes en la sombra, José Arnau (actual vicepresidente del Pastor) y el mexicano Alfredo Fernández Durán. Incluso no se descarta que la relación de Ortega con el Pastor se incremente en el futuro.
Casi ningún analista desliga esta irrupción del presidente de la multinacional textil con el fracasado intento de compra al Banco Santander del 22% de Unión Fenosa junto al Grupo San José, Caixanova y Ortega, y sin contar con Caixa Galicia, el mayor accionista gallego de la eléctrica. Después de aquel movimiento sísmico, frustrado por ACS, tras la que Ortega se desligó de su brazo derecho de siempre, José María Castellano, la toma de posiciones actuales son la acomodación de las placas tectónicas en el mundo financiero gallego. Caixa Galicia, que llegó a ser socio de referencia en el Pastor (un 10%), se ha desprendido este año de toda su participación debido, según algunas fuentes, a las nuevas normas internacionales de contabilidad que le impedirían sumar los beneficios obtenidos en la entidad, así como por la mejoría que supondrán para sus resultados.
El interés de la entidad que dirige José Luis Méndez sigue centrado en los sectores energéticos: posee un 2% de la petrolera portuguesa Galp, que doblará en breve. La próxima semana tiene previsto sustituir a su representante en el consejo de Fenosa, el dimitido Manuel Fernández-Sousa Faro (presidente de Pescanova, en donde la caja acaba de aumentar su participación al 16,9%), por un viejo conocido de Inditex y de Amancio Ortega: su sobrino político Juan Carlos Rodríguez Cebrián, que a principios de año cesó como director general del grupo textil. Las aguas de las finanzas, sobre todo en el noroeste, están demasiado revueltas para que un lobo de mar como Ortega mantenga intacto su tradicional rumbo de nadar y guardar la ropa.
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