Una solución de dudoso efecto
La brecha entre Madrid y Barça se abre de 6 a 11 puntos tras la marcha de Luxemburgo
Arrigo Sacchi, que ayer se despidió del Madrid, se opuso a la destitución de Vanderlei Luxemburgo. El técnico italiano ya estaba desencantado con su labor en Chamartín cuando Florentino Pérez resolvió no hacer caso a su consejo. El cuatro de diciembre, Luxemburgo fue finiquitado tras una victoria ante el Getafe (1-0). Desde entonces el Madrid ha jugado cuatro partidos bajo la dirección del nuevo técnico, Juan Ramón López Caro. De los cuatro encuentros disputados ha logrado una victoria (Málaga), un empate (Osasuna) y dos derrotas (Olympiakos y Racing). Cuando Luxemburgo fue destituido la diferencia con el Barça era de seis puntos. Hoy el Barça tiene once puntos de ventaja.
Sacchi intentó apoyar al brasileño porque su experiencia en el Milan y en el Parma le reveló que todo cambio de entrenador a mitad de temporada es contraproducente. "Ahora el equipo está pagando un cambio de metodología", reflexionó ayer, al valorar la mala racha de resultados que atraviesa el Madrid.
El técnico italiano dejó sus sentencias para la historia y el Madrid en plena convulsión. Ayer, las oficinas del Bernabéu amanecieron agitadas por la urgencia de remodelar una plantilla que en agosto fue celebrada ampliamente desde el club. De pronto, lo que antes se consideraba abundante ahora escasea. Con Luxemburgo haciéndose cargo de jugadores que no pidió, el mensaje oficial destacaba la satisfacción del entrenador con un proyecto diseñado a su medida. En el verano Luxemburgo tomó más decisiones que ningún entrenador hasta la fecha en materia de fichajes. Sin embargo, no fueron tantas: Pablo García y Diogo resultaron fichados por el presidente. Sergio Ramos fue una contratación de Sacchi. Las bajas, Figo, Solari, Owen y Samuel, se marcharon por decisión presidencial. El técnico se amoldó a lo que le dieron en espera de Cicinho -que llegará en enero- y de unos éxitos que, suponía, reforzarían su posición de fuerza para futuros mercados. La angustia de la directiva tronchó estas aspiraciones.
Hoy desde el club se busca con cierta precipitación: un delantero centro para reemplazar a Owen, un extremo izquierda para reemplazar a Solari, y un medio centro para hacer lo que no han logrado ni Gravesen ni Pablo García.
Por otra parte, persiste la epidemia de lesiones. Tras ser sometido a una resonancia magnética, ayer se confirmó que Helguera sufre una rotura fibrilar en el músculo adductor de su pierna derecha. El central, lesionado durante el partido contra el Racing, estará tres semanas de baja.
La lesión de Helguera es el segundo percance muscular que sufre el cántabro en dos meses. No es el único en el equipo. Woodgate, Salgado, Zidane, Mejía y hasta Casillas han sufrido problemas de este tipo desde el inicio de la temporada. Fuentes del club señalan que podría tratarse de la mala preparación física
realizada a lo largo de la pretemporada, entre Estados Unidos, Asia y los Alpes.
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