El gobernador del Banco de Italia tendrá un mandato de seis años, renovable una vez
Berlusconi admite que Frazio ha causado "un grave daño a la imagen de Italia"
El nuevo gobernador del Banco de Italia dispondrá de un mandato de seis años, renovable tan sólo una vez, y será designado por el presidente de la República "a propuesta del Gobierno, que escuchará previamente al Consejo Superior" de la institución. Ésas fueron las condiciones establecidas ayer por el Ejecutivo italiano para el sucesor del dimisionario Antonio Fazio, quien gozaba de un mandato vitalicio. Como posibles sustitutos de Fazio se barajaban, entre otros, los nombres de Mario Monti, Mario Draghi y Tomasso Padoa-Schioppa.
Los últimos meses de Antonio Fazio fueron agónicos. Desde que en verano se conoció su cooperación con un grupo de banqueros y financieros italianos (posteriormente procesados) para frenar la entrada de dos bancos extranjeros, el holandés ABN Amro y el español BBVA, la posición del gobernador se hizo insostenible. Él mantuvo en todo momento que había actuado de acuerdo con las leyes y se escudó en el mandato vitalicio para esperar a que amainara la tormenta.
La semana pasada, sin embargo, se supo que la Fiscalía de Milán le investigaba por uso de información privilegiada. Paralelamente, la Fiscalía de Roma le investigaba también por abuso de cargo público. La Conferencia Episcopal, en la que contaba con grandes amigos y que le apoyó sin disimulos en los primeros episodios de la crisis, le dio la espalda: el diario de los obispos, Avvenire, le aconsejó el jueves pasado que cediera. Para el católico Fazio, esa indicación fue probablemente decisiva.
Después de una crisis tan prolongada en el Banco de Italia, el primer ministro, Silvio Berlusconi, quería una solución rápida. Para nombrar a un nuevo gobernador había que cambiar primero las condiciones de su mandato, y el Gobierno lo hizo con una velocidad poco habitual.
Un Consejo de Ministros extraordinario, reunido en la misma Cámara de Diputados en la que se votaban los Presupuestos, aprobó ayer una breve enmienda al proyecto de ley sobre el ahorro que contiene la abolición del mandato vitalicio, y lo sustituye por uno de seis años, renovable sólo una vez. El texto debía llegar ayer mismo a la Cámara, para aprobarse antes del viernes. También se prevé agilizar el trámite del Senado y tenerlo todo listo antes de fin de año.
No puede darse nada por seguro, sin embargo, ya que algunos parlamentarios de la mayoría conservadora, como el democristiano Amedeo Ciccanti, expresaron su disconformidad con los mecanismos de elección del gobernador aprobados por el Gobierno. "El Parlamento debe tener mayor protagonismo", dijo Ciccanti.
En el futuro, la última palabra en el nombramiento del máximo responsable del banco central corresponderá al jefe del Estado italiano, en la actualidad el presidente Carlo Azeglio Ciampi, a propuesta del Gobierno, que escuchará el parecer del Consejo Superior del Banco de Italia, según anunció ayer el ministro de Economía del país transalpino, Giulio Tremonti.
La legislación en proceso de tramitación modifica también las competencias en materia de defensa de la competencia en el sistema bancario, que en adelante corresponderán conjuntamente al Banco de Italia y a la Autoridad Antimonopolio, y no al primero de ellos en exclusiva, como hasta la fecha. Además, se prohibirá la presencia de entidades privadas en el capital del Banco de Italia, tal y como sucede en la actualidad.
Berlusconi aseguró que no ponía en duda la honestidad personal de Fazio, al menos hasta que se pronunciaran los tribunales, pero reconoció que la resistencia del gobernador a dimitir había causado "un grave daño a la imagen de Italia y a su credibilidad en los mercados financieros". Comentó incluso, durante un almuerzo con corresponsales extranjeros, que tenía ya en mente el nombre del nuevo gobernador. "Obviamente, no puedo decirlo", precisó.
Candidatos
Entre los nombres que se barajan destacan los de Mario Monti, ex comisario europeo de Mercado Interno; Tomasso Padoa-Schioppa, ex subdirector general del Banco de Italia y miembro del consejo del Banco Central Europeo; y Mario Draghi, ex director general del Tesoro y actual vicepresidente del banco de inversiones Goldman Sachs. También suenan en las quinielas Vittorio Grilli, actual director general de Economía, y el economista Alberto Quadrio Curzio.
Antonio Fazio no hizo ayer declaraciones. El Consejo Superior del Banco de Italia recibió oficialmente su carta de dimisión y la aceptó, precisando en un comunicado que todos los consejeros hicieron constar su "gratitud" por la gestión de Fazio, "siempre en interés de la banca y del país", durante sus 40 años de trabajo en la institución.
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