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CRISIS EN LA BANCA ITALIANA

La salida de Fazio abre una nueva oportunidad para el BBVA en Italia

La entidad española, pendiente de la retirada de Unipol y de que existan garantías jurídicas

Íñigo de Barrón

El cambio radical en la cúpula del Banco de Italia, con la dimisión del gobernador, Antonio Fazio, abre una nueva oportunidad para el BBVA, que en julio pasado vio frustrada su OPA sobre BNL, el sexto banco de ese país. La entidad española podría volver a estudiar la compra de BNL si fracasa el intento de su rival, Unipol (todavía pendiente de autorizaciones), y si las nuevas autoridades le aseguran que existirá garantía jurídica.

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En julio pasado, el BBVA reconoció públicamente que tiraba la toalla en su pugna por lograr el control de la Banca Nazionale del Lavoro (BNL). La decisión suponía un fracaso que acababa con siete años de relación (el BBVA entró en la BNL en 1998) y más de seis de meses de negociaciones al más alto nivel. La entrada en escena de la aseguradora Unipol, que se alió con el llamado contrapacto (que agrupaba a un relevante grupo de constructores) se saldó con una Oferta Pública de Adquisición de acciones (OPA), ya que reunió el 47% del capital de BNL. El banco presidido por Francisco González endulzó la retirada con el anuncio de la obtención de unas plusvalías contables de 520 millones de euros si Unipol le compraba las acciones. Estas plusvalías se verían casi reducidas a cero si se tuvieran en cuenta las aportaciones del BBVA al fondo de comercio (diferencia entre lo que se paga por una entidad y su valor en libros) y a los recursos propios del banco italiano a lo largo de los siete años de relación. La situación de BNL no siempre ha sido boyante (tenía fuerte presencia en Argentina y le afectó la crisis de este país) y ha necesitado inyecciones de capital en algunos momentos de su vida. El mercado reaccionó con fuerza y recompensó al banco por acabar con la incertidumbre italiana.

No obstante, la oscura y discutida forma que utilizó Unipol para reunir el capital, siempre con la colaboración del Banco de Italia, hizo que el BBVA no diera nunca el caso por perdido, pese a las manifestaciones públicas que parecían indicar lo contrario. La entidad confiaba en el éxito de las denuncias del supervisor ante Bruselas y Roma. De hecho, el segundo banco español no rescindió el contrato con los bancos de inversión y con los despachos de abogados que le ayudaron en la OPA y que ahora, probablemente, le volverán a ayudar.

Regreso al punto de partida

El BBVA era consciente de dos asuntos clave: Unipol tiene grandes dificultades económicas por su escaso nivel de recursos propios para hacerse con una entidad más grande y, en segundo lugar, el Banco de Italia nunca aprobó el folleto de la OPA rival.

Ahora, el nuevo gobernador puede no autorizar la oferta si considera que Unipol no ofrece garantías de solvencia o la propia aseguradora puede retirarse de la OPA ante las presiones políticas. En esta situación, Unipol debería romper el pacto alcanzado con cinco bancos de inversión (Crédit Suisse First Boston, Deutsche Bank, Nomura, BNP Paribas e HypoVereinsbank) que garantizaron el pago de la oferta. Una situación extremadamente delicada. Unipol se comprometió a ampliar capital en 2.500 millones, de los que los bancos suscribirían 1.650 millones.

Oficialmente, el BBVA sigue esperando encontrar un comprador para sus acciones, a 2,95 euros. No obstante, en la entidad se reconoce que si Unipol retira la OPA y solicita nuevos acuerdos, "se volvería a replantear desde cero la situación para analizar su rentabilidad", al tiempo que se exigirían garantías jurídicas plenas al Banco de Italia para gestionar con libertad la BNL en caso de compra.

Por ejemplo, el canje anunciado, de cinco acciones de BNL por una del BBVA, hoy supondría un pago mayor del banco español, ya que su cotización ha subido un euro en el año. Por el momento, el BBVA asegura que no ha habido contactos oficiales con Unipol.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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