"Cambiamos para ser más eficaces en la lucha por la paz"
Elkarri se refunda. Después de 13 años de existencia, el movimiento social que desde su origen lidera Jonan Fernández, sustituye sus objetivos de paz y diálogo por dos nuevos planteamientos que se dispone a promover: un acuerdo plural y una consulta popular, sin excluir que también quiere impulsar la reconciliación. Así lo ha decidido la asamblea general de Elkarri clausurada el sábado.
Pregunta ¿Por qué la opción de una iniciativa renovada?
Respuesta El diálogo y la no violencia, los dos objetivos en los que Elkarri centró su trabajo son presupuestos socialmente conquistados, aunque no estén del todo garantizados. Ahora se trabajará para promover el acuerdo plural y la consulta popular, además de la reconciliación. Durante estos años, Elkarri se ha dedicado a intentar promover diálogos y metodologías y a reunir a los partidos en mesas. Eso ya es una etapa pasada. Ahora estaría centrado en una idea reivindicativa de un acuerdo.
"Se trata de una refundación que la pueden entender los bienpensados. Podríamos seguir siendo Elkarri y nadie pensaría nada raro"
"La base de la libertad e independencia de Elkarri ha consistido en tener una financiación de 3.000 socios que aportan diez euros al mes"
P. ¿Si nacieron como una necesidad social y ya han cumplido el objetivo, no se puede interpretar su reconversión como un intento de salvar la organización, al margen de cual sea su función?
R. Sí, se puede interpretar así. Pero se trata de una refundación que la pueden entender los bienpensados. No es para malpensados. Nosotros podríamos seguir perfectamente siendo Elkarri y nadie pensaría nada raro. ¿Por qué cambiamos, entonces? Porque nos parece que vamos a ser más eficaces en la lucha por la paz.
P. Creen, entonces, necesaria su existencia.
R. Elkarri ha contribuido a asentar un discurso como la no violencia, el diálogo y el pluralismo que ha empapado a la sociedad. Pero la situación ha cambiado muchísimo y ahora hacen falta herramientas nuevas. Por eso pensamos que es hora de abrir una nueva etapa.
P. ¿No han tenido la tentación de reconvertirse en un partido político?
R. Desde el primer día hemos tenido clarísima que un movimiento social y un partido político son cosas diferentes, y las dos necesarias. Pero la idea no nos ha pasado por la cabeza: ni ha sido alternativa, ni está en nuestros planes.
P. ¿El hecho de que estén subvencionados por el Gobierno, no les decanta hacia un lado?
R. Estamos subvencionados en una proporción pequeñísima que no alcanzará al diez por cien de nuestro presupuesto. Una de las bazas de Elkarri para su libertad e independencia ha sido precisamente esa, el tener una base de financiación de 3.000 socios a 10 euros al mes. Luego, como todos los grupos, pedimos subvenciones y nos dan.
P. ¿En qué va a consistir la renovación; va usted a seguir al frente de la nueva organización?
R. Está todo abierto. La renovación va a ser en profundidad y no hay que dar nada por seguro ni definitivo. Hemos funcionado con un modelo organizativo del siglo pasado y uno de los cambios va a consistir en dejar de ser una organización basada en grupos locales para convertirnos en una estructura de colaboradores voluntarios en red.
P. Hablan de reconciliación, pero se trata de un planteamiento que ha sido muy criticado por las asociaciones de víctimas.
R. Tienen razón. Pero nosotros no planteamos la reconciliación entre víctimas y agresores, que nos parece un error porque a una víctima no se le puede someter a la obligación de tener que amigarse. Nos referimos a una reconciliación social y política, entendida en términos de sociedad.
P. El argumento en el que se sustenta la voluntad de paz desde la izquierda abertzale es la falta de atentados mortales en dos años, ¿cree que es un dato precursor de la tregua?
R. Que llevemos dos años sin atentados mortales tiene una relevancia enorme. Es, seguramente, el argumento más objetivo que existe para decir que se puede intentar abrir una nueva etapa.
P. De la lectura de los comunicados y del último Zutabe no se deduce que ETA esté madura para delegar en Batasuna la actividad política y declarar una tregua, ¿qué es lo que falta?
R. Vivimos un momento de mensajes contradictorios: conviven mensajes esperanzadores con signos que nos remiten a lo de siempre. Resulta socorrida la frase de que "lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer". Aunque somos críticos con el impasse en el que estamos, creemos que la situación es muy potencial y que , de aquí al 2007, esto va a dar algún tipo de resultado.
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