Un proyecto sin terminar

Entre el diseño original del campus y la realidad hay una distancia importante. Al campus le faltan varios de los edificios pensados en un principio -como los de Alvaro Siza y Enric Miralles-. Y está prevista la construcción de otros que no estaban contemplados. El vicerrector de Infraestructuras, Aurelio Beltrán, señala que se necesitan diversas infraestructuras, pero que la prioridad es levantar dos edificios docentes: el de la facultad de Sociales y el de la escuela de Magisterio, que se ubicarían a la otra parte de Ramón Llull. Hacerlos costaría unos 19 millones de euros y la universidad considera imprescindible empezar a acometer las obras a lo largo de 2006. Levantar las cuatro construcciones del proyecto de Álvaro Siza -donde se ubicaría entre otros elementos un gran comedor, un salón de actos, el centro de posgrados; el de gestión de la adaptación del Espacio Europeo de Educación Superior y una oficina bancaria- costaría al menos otros 20 millones de euros.

El rector de la Universitat de València, Francisco Tomás, rechazó en octubre el convenio de infraestructuras docentes (el anterior caducó en 2003) que le ofreció la Generalitat por considerarlo "insuficiente". Desde entonces, la última vez, hace una semana, en la inauguración del Instituto de Ciencia Molecular, recuerda siempre que puede la falta de presupuesto para culminar los proyectos.

El vicerrector Beltrán señala que la convergencia europea obligará a adaptar los espacios docentes creados para otra época, cuando la urgencia era dotarse de aulas lo bastante grandes como para albergar a 200 alumnos.