_
_
_
_
SRI LANKA | UN AÑO DESPUÉS DEL 'TSUNAMI'

Una barca para volver a vivir

Varapiragasam Anesty lleva 15 años sin una casa propia. Primero fue desplazado de su hogar por la guerra civil entre los Tigres de Liberación de la Tierra Tamil y el Ejército de Colombo, y, hace un año, por la furia del océano. La gigantesca ola arrasó el campo de refugiados internos de ACNUR en Jaffna, al norte del país. "No quedó casi nada en pie. En total, perdí a siete miembros de mi familia". Dos hijos, tres nietos, un sobrino y el yerno. No todos fallecieron en el campo de refugiados. El yerno y los tres nietos murieron en su casa, en Point Pedro. "Hasta que encontramos los cadáveres, tres días después, vivimos momentos de desesperación".

Sri Lanka (20 millones de habitantes) sufrió 31.229 muertes y 4.093 desapariciones. Con las elecciones presidenciales del pasado 17 de noviembre, la desolación de Anesty ha aumentado. "Tenía la sensación de que, tras el maremoto, nada podría ir a peor. Pero tal vez estaba equivocado. Puede reiniciarse la guerra civil", se lamenta. Afortunadamente, Anesty ha sido reubicado en un campo temporal de Cáritas, y comparte una barca de pesca con otra familia. "Las organizaciones internacionales están haciendo un buen trabajo. Nos han proporcionado lo que necesitamos para pescar, un lugar donde vivir y agua limpia para todos. Pero, desde el tsunami, hay más gente que tiene barcas y cada vez hay menos pescado".

Los supervivientes son más afortunados que los de la guerra
Más información
Tres historias de vida tras el maremoto

La obligación de las ONG de utilizar todos los recursos recibidos ha interferido en la estabilidad de la economía local. "Han donado embarcaciones a agricultores y han regalado aperos de labranza a pescadores. Han subido los precios, y hemos tenido que trasladarnos tierra adentro, con lo cual es más costoso salir a faenar". Pese a ello, Anesty reconoce que los afectados por el tsunami son más afortunados que los desplazados por la guerra. "Ellos viven en condiciones mucho peores que las nuestras. Son muy pocas las ONG que les ayudan".

Varapiragasam Anesty, en primer plano, junto a la barca de pesca que comparte con otra familia.
Varapiragasam Anesty, en primer plano, junto a la barca de pesca que comparte con otra familia.Z. A.
Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_