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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

España en blanco y negro

A esta exposición se le puede aplicar un término que es más propio de la industria editorial que del ámbito expositivo: edición revisada y aumentada. En efecto, quien recuerde el ambicioso proyecto que inició hace más de veinte años Publio López Mondéjar, bajo el título genérico de Las fuentes de la memoria. Fotografía y sociedad en España, reconocerá aquí literalmente los objetivos y los contenidos de aquel ciclo expositivo. Si aquel proyecto llegaba hasta la muerte de Franco, este que ahora se nos presenta incorpora como única novedad reseñable la inclusión de un apartado que hace llegar esta revisión de nuestro pasado y de la fotografía española hasta el momento actual. Y es en esta operación de estiramiento del proyecto originario donde la exposición pierde su coherencia y se desarticula.

HISTORIA DE LA FOTOGRAFÍA EN ESPAÑA. Fotografía y sociedad desde sus orígenes hasta el siglo XXI

Círculo de Bellas Artes

Alcalá, 42. Madrid

Hasta el 8 de enero de 2006

Más información
La historia en casa

La propuesta de su comisario Publio López Mondéjar, cuando inició Las fuentes de la memoria, era brillante por su propia simplicidad y claridad de planteamientos: se trataba de sentar las bases de una historia social de la fotografía en España, destacando el valor de la imagen fotográfica, no sólo como fuente documental de primer orden sino también como elemento articulador de la memoria histórica. Había mucho trabajo que hacer y aquel proyecto alcanzó varios objetivos importantes. Permitió articular una visión de conjunto que no existía hasta entonces; hizo que se comenzara a valorar el patrimonio fotográfico existente en nuestro país y, sobre todo, consiguió divulgar entre un amplio público la historia de la fotografía española.

Estas virtudes se mantienen

intactas en esta nueva propuesta. Se nos ofrece un recorrido por las diferentes técnicas y movimientos fotográficos, por los autores más representativos de la fotografía en España, por la representación de costumbres y tipos populares, por los acontecimientos más importantes registrados por las cámaras de la época, en definitiva, por las transformaciones y los cambios históricos de nuestro país tal y como fueron registrados por un amplio número de fotógrafos, a los que, coherentemente, se les hace un sentido homenaje en una de las salas en la que se exponen cámaras de diferentes épocas junto a imágenes de los propios autores realizando su trabajo. En definitiva, estamos ante un "espejo gráfico de la vida española y de la intrahistoria del país" a lo largo de siglo y medio. Y como el propio comisario de la exposición señala, ha utilizado para ello una mirada que es más la de un periodista intentando hacer un reportaje sobre nuestro país y su historia que la de un historiador. Sin duda, esta exposición haría buena la certera afirmación de Susan Sontag, en uno de sus últimos libros, de que "recordar es cada vez más, no tanto recordar una historia, sino ser capaz de evocar una imagen".

Pero este planteamiento parece funcionar sólo mientras existe una mínima distancia histórica con respecto a los hechos registrados. A la hora de revisar los últimos treinta años de fotografía española hay un empeño en separar la fotografía del arte, estableciendo la línea fronteriza en lo documental, pero en su acepción más purista y simple. De tal manera que sólo se incorporan o se reconocen como verdaderos fotógrafos a aquellos que "no han renunciado a lo real (

...) a aquellos que asumen la dignidad del medio que utilizan y practican la fotografía pura". No cabe duda de que el comisario de la exposición no se siente cómodo con esta ampliación del proyecto hasta nuestros días. El recorrido que se hace por los últimos treinta años es absolutamente pobre y desactualizado, convirtiéndose en una especie de lamento por la pérdida de pureza de la fotografía, y en una descalificación de lo que realmente ha sido la interesante y destacada fotografía española de las últimas décadas. Lamentable punto final para un proyecto encomiable en sus orígenes y en su momento, pero que hoy aparece débil desde un punto de vista historiográfico (hubiera sido más adecuado denominar a esta exposición Memoria gráfica de España y no Historia de la fotografía en España) y como mínimo desorientado en la interpretación de la actualidad.

Julio Romero de Torres, con Conchita Triana, su hijo Rafael y las hermanas Bot (Madrid, 1915). Foto de Ramón Cortés.
Julio Romero de Torres, con Conchita Triana, su hijo Rafael y las hermanas Bot (Madrid, 1915). Foto de Ramón Cortés.

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