_
_
_
_
Reportaje:

El baile de los guerreros

Nonio Parejo realiza un documental sobre los subsaharianos que venden pañuelos de papel junto a los semáforos de Sevilla

Siempre sonríen, cuentan chistes, van de coche en coche para vender pañuelos de papel. No importa que haga frío o que la calzada sea una sartén achicharrante bajo la canícula. Tampoco importa que las ventanillas de los vehículos estén cerradas los días laborables como los envoltorios de cápsulas herméticas que transitan por un universo de amenazas y temores. Estos hombres de tez oscura, venidos del continente en el que nacieron San Agustín, Nelson Mandela y el Nobel de Literatura Wole Soyinka, también hacen, a veces, de efímeros psicoanalistas para que el personal urbano y asalariado les cuente sus problemas con el jefe o la hipoteca.

Son los subsaharianos que utilizan los semáforos de Sevilla como torre vigía para salir adelante en sus primeros pasos por una tierra de promisión. Vienen de lugares donde la corrupción es forma cotidiana de trato e intercambio, donde los súbditos no saben de derechos, donde poner un negocio es como intentar arar en el mar, donde las camarillas que esquilman los gobiernos son lobos que hostigan a sus ciudadanos... Y como no ven futuro ninguno, atraviesan el Sáhara para llegar al paraíso europeo. El realizador Nonio Parejo (Sevilla, 1950) habla de estas personas en el documental El cuarto color, que preestrenó ayer por la tarde en el Pabellón de Uruguay, en Sevilla.

Más información
El muro que protege un jardín privado

Son cinco inmigrantes nigerianos -cuatro hombres y una mujer- los que relatan sus vivencias y se desenvuelven en su jornada diaria junto a los semáforos. "Cada uno nos cuenta su historia. Son personas que tenían tiendas en sus países, que se dedicaban al comercio... Y, sin embargo, les resultaba imposible trabajar. Para ellos, no hay futuro en su país", comenta Parejo. "Ellos hablan de las mafias que hay en su país y de que todo aquello es corrupto. En Nigeria hay que poner dinero para todo. Llegan aquí y la policía es tolerante, les saluda. En Nigeria no se acercarían a un coche de policía ni de coña", afirma el realizador.

Abandonan sus países para emprender una ruta que puede durar años. "Su viaje es a través del desierto. Cuentan cosas alucinantes del desierto. Allí son carne de mafia. Llevan sus ahorros, lo que les convierte en un blanco perfecto para las mafias del desierto. Muchos se quedan en el camino", dice el realizador, que pone el ejemplo de uno de estos nigerianos, Lucky, que "salió en 2000 de su país y llegó a España en 2003". "Un año lo pasó en Malí ahorrando", agrega Parejo, que considera un milagro ganar dinero en un país tan pobre como aquél.

¿Cumplieron sus sueños al llegar a España? "Salen de su país en busca de Eldorado, y lo encuentran. Ellos piensan que en España es muy fácil todo, que las cosas sencillamente nos sobran. Los que llegan aquí se llaman a sí mismos guerreros. El que logra atravesar el desierto es considerado un guerrero porque pertenece al grupo de los más fuertes. Por ello, al final del documental bailan el baile de los guerreros", concluye Parejo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_