Donald Martino, compositor de música atonal
Ganó el Pulitzer en 1974 con 'Nocturno'
Donald Martino, compositor de música atonal y ganador del Premio Pulitzer, murió el pasado 8 de diciembre de un ataque al corazón durante un crucero por el Caribe. El artista se encontraba de vacaciones con su esposa, Lora.
El compositor consiguió el Premio Pulitzer en 1974 por su pieza Nocturno, una obra para flauta, clarinete, violín, chelo y piano que el crítico del Boston Globe Michael Steinberg definió como "teatro nocturno para el alma".
Martino nació en Plainfield (Nueva Jersey), y a los nueve años comenzó a estudiar música. Enseguida aprendió a tocar el clarinete, el saxofón y el oboe, y a los 15 ya era un compositor entregado. Estudió en las universidades de Princeton y Syracuse, consiguiendo un master en Artes en cada una de ellas. Entre 1954 y 1956 viajó a Italia con una beca Fullbright para estudiar junto al compositor modernista Luigi Dallapiccola.
Su pasión por la creación musical le llevó a escribir decenas de piezas que se clasificarían dentro del llamado género atonal, una definición que nunca le gustó, como confesó durante una entrevista en The New York Times en 1997. "Si alguien escribe en las notas de mis programas que soy un compositor serial o un dodecafonista, me enfado. No quiero crear prejuicios". La crítica elogió sus obras por saber combinar el rigor intelectual con la libertad expresiva, y el público le aplaudió porque fue capaz de interesar a audiencias no especializadas.
Sus trabajos solían ser densos y complejos, pero él siempre defendió que lo importante era retar a la audiencia, y en momentos de frustración, responsabilizó a los promotores de conciertos de no haber sabido cultivarlas apropiadamente.
Entre sus obras más conocidas destaca Fantasies and Impromptus, un trabajo para piano de treinta minutos en nueve movimientos que fue definido por el crítico Andrew Porter en la revista The New Yorker como "una obra maestra de la música para piano americana".
Al igual que otros compositores vanguardistas, Martino creó su propia editorial, Dantalian Inc, para poder editar y propagar sus creaciones. Su socia fue su propia esposa. "Yo llevaba el negocio y él escribía la música", declaró ella tras su muerte. Martino trabajó hasta el último minuto. Según contó su mujer, se fueron juntos a un crucero por el Caribe, pero mientras ella nadaba y se divertía, "él pasó gran parte de las vacaciones componiendo felizmente".
Martino estaba trabajando en un nuevo encargo que le había pedido el Tanglewood Ensemble, y el próximo febrero iba a ser homenajeado en Harvard con motivo de su 75º cumpleaños por su amigo y colega Martin Boykar.
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