El año de María José
Rienda, que encabeza la Copa del Mundo en Gigante tras triunfar en Aspen (EE UU), aspira a medalla olímpica en Turín
Han tenido que pasar más de diez años para que una esquiadora española se plantee conseguir una medalla en unos Juegos Olímpicos de invierno. La mujer que ha vuelto a poner ese sueño al alcance de la mano de los aficionados al deporte blanco es María José Rienda. Los resultados de la granadina en las dos primeras pruebas de la Copa del Mundo que ha disputado la aupan como una de las principales aspirantes al triunfo. Rienda ostenta provisionalmente el dorsal rojo de líder en la la especialidad de eslalon gigante después de su sexto puesto en Sölden (Austria) y su flamante victoria del sábado en Aspen (EE UU) por delante de su principal competidora, la sueca Anja Paerson.
El secreto de su buen estado de forma está en la reducción de su ritmo de entrenamientos durante el verano que ha discurrido entre las estaciones de Passo Stelvio (Italia), Zermatt (Suiza) y Las Leñas (Argentina) . "He entrenado menos pero con mucha más calidad y, sobre todo, he descansado mucho", explicó ayer la esquiadora después de aterrizar en el aeropuerto de Granada. Gracias a ese método asegura que ha mejorado su técnica ganando continuidad y estabilidad en sus movimientos sobre los esquís, lo que sumado a su fuerza -su principal baza- la ha catapultado a los tres primeros puestos de su especialidad.
Mantener su regularidad este año para superar sus dos terceros puestos consecutivos en la clasificación general de la Copa del Mundo es uno de sus dos objetivos de esta temporada. El segundo es alcanzar la medalla olímpica en el gigante en la olimpiada invernal de Turín. Para ello tendrá que jugarse el todo por el todo en el gigante de Sestrieres, estación donde ya consiguió un cuarto puesto hace dos años. "Es una pista muy bonita, pero con muchos cambios. Tiene pendientes y planos", explica Rienda, que cree que sus posibilidades dependerán del trazado elegido y el estado de la nieve. "La que gane será la que consiga adaptarse mejor a todas esas condiciones", continúa.
Las diferencias en la élite del esquí son mínimas. Un pequeño error puede costar las centésimas de segundo necesarias para alcanzar la gloria. Rienda asegura que ha conseguido codearse con Paerson, la austriaca Nicole Hosp, la eslovena Tina Maze o la finlandesa Tanja Poutianen gracias a la continuidad en el trabajo y la superación de algunos dolores. "Llevo cuatro años ya con mi entrenador, el suizo Mario Pini, con el que he mejorado mi técnica y he ganado madurez. Gracias a mi fisioterapeuta y osteópata he conseguido solucionar mis problemas de espalda". La esquiadora arrastra desde hace años una lesión en sus vértebras dorsales que le ha causado más de un problema.
Ahora, disfruta durante unos días de su liderato provisional en Granada, porque las fiestas navideñas las pasará compitiendo. En Spindleruv Mlyn (República Checa), Linz (Austria) y Maribor (Eslovenia), hará todo lo posible para no tener quitarse ese flamante dorsal rojo.
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