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OCEANOGRAFÍA

Las corrientes que atemperan el clima se debilitan

La circulación oceánica atlántica, que lleva aguas templadas hacia el Norte y frías hacia el Sur, atemperando el clima en el continente europeo, se ha debilitado en un 30% desde 1957, según un estudio presentado en la revista Nature. Los modelos climáticos que reproducen los efectos del cambio climático indicaban ya que el calentamiento global debilitaría la circulación oceánica que lleva calor desde las latitudes tropicales hacia el Atlántico norte, pero ahora una investigación realizada por científicos del Centro Nacional de Oceanografía británico, confirma experimentalmente por primera vez esa tendencia.

La investigación, que ha tenido notable repercusión en la cumbre del clima celebrada la semana pasada en Montreal (Canadá), se basa en los datos registrados durante cinco años a varias profundidades en el océano, a 25 grados de latitud Norte. Los científicos no apreciaron cambios en la Corriente del Golfo -el agua caliente que circula superficialmente desde los trópicos hacia Europa-, pero sí en el sistema global de circulación oceánica.

Se ha reducido en un 50% de la cantidad de aguas frías profundas que fluyen hacia el Sur y ha aumentado, también en un 50%, la cantidad de agua que recircula en las regiones subtropicales sin llegar a las altas latitudes. Esto significa que ha disminuido la cantidad de agua que completa el circuito global, según informan en Nature el investigador Harry L. Bryden y sus colegas.

"El Sol calienta los trópicos mucho más que las regiones polares, pero los extremos de temperatura son moderados por la circulación del calor en la atmósfera y en los océanos", explica Detlef Quadfasel, en Nature. En el Atlántico norte, dicha circulación global hace que las aguas superficiales calientes lleguen a latitudes altas. Al desprender calor a la atmósfera, las aguas se hacen más densas, se hunden y empiezan a circular hacia el sur. Por tanto, la diferencia de densidad del agua es el motor de esa circulación y el proceso es vulnerable a los cambios de temperatura y de salinidad.

Debido al calentamiento global, aumenta la entrada de agua dulce en el Atlántico norte por el incremento de las precipitaciones y el derretimiento de los hielos; esto reduce la densidad del agua, afectando a la circulación oceánica del planeta.

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