Los sondeos auguran una segunda vuelta en las presidenciales de hoy en Chile

"No dejemos para enero lo que podemos hacer en diciembre". Con este lema acuden hoy a las urnas los chilenos partidarios de la Concertación, la coalición de centro-izquierda que gobierna Chile y que ha ganado todas las elecciones desde la reinstauración de la democracia, en 1990, aunque los sondeos apuntan a que su candidata, la socialista Michelle Bachelet, se verá obligada a acudir a una segunda vuelta el 15 de enero. Sin descartar una sorpresa, lo que dirimen hoy los votantes es si el rival de Bachelet en enero será el derechista liberal Sebastián Piñera, de Renovación Nacional (RN), o el derechista Joaquín Lavín, de la Unión Demócrata Independiente (UDI).

Los electores eligen también la Cámara de Diputados y la mitad del Senado

Cada candidato, a su modo, ha cubierto las horas previas a la votación tratando de aparecer en los medios, eso sí, ya sin actos de campaña. Así mientras Bachelet, quien fuera ministra de Defensa entre 2002 y 2004, acudió a recibir un nuevo submarino para la Armada chilena, Piñera participó en una masiva peregrinación católica en Santiago y se reunió luego con representantes protestantes, mientras que Lavín y el izquierdista Tomás Hirsch -de la coalición entre comunistas y Partido Humanista denominada Juntos Podemos Más- concedían numerosas entrevistas a la prensa local.

Paradójicamente, los responsables de campaña de la fuerza favorita son los más preocupados por la tendencia a la baja de Bachelet, una candidata muy popular que ha ido perdiendo puntos en las encuestas a medida que avanzaba la campaña. Los sondeos le otorgan un 46% de intención de voto. "Si bajamos más y sacamos un 43% será un mal resultado con vistas a la segunda vuelta", reconoció a este periódico un alto dirigente del Partido Socialista. El candidato vencedor debe obtener el 50,01% del voto emitido.

La estrategia electoral variará notablemente en la segunda vuelta, en la que todas las encuestas auguran un holgado triunfo oficialista, cubriendo aquellos aspectos que fueron dejados de lado por Bachelet hasta la etapa final de la campaña. A saber, una mayor identificación de la candidata con Ricardo Lagos -el presidente más popular a la hora de dejar el cargo en la historia de Chile-, más participación de todas las tendencias internas de la Democracia Cristiana y una mayor presencia de la familia de Bachelet en la campaña.

En el campo contrario Piñera, con un 25% en las últimas encuestas y, lo que es más significativo, una tendencia al alza sostenida, aspira a derrotar a Lavín y a pasar a disputar en solitario la presidencia con la candidata socialista. El candidato de RN ha multiplicado los mensajes de moderación aspirando a arrancar votos del sector más centrista de la Concertación y a la vez ha tratado de no mostrarse muy efusivo en público con las propuestas de trasvase de votos para la segunda vuelta realizados con insistencia por Lavín, quien todavía tiene opciones de derrotar a Piñera pero ve cómo éste se le aleja en las encuestas. La lucha en la derecha es, sobre todo, de hegemonía entre dos sectores. En la izquierda extraparlamentaria, los sondeos anticipan que Hirsch obtendrá cerca del 7%.

Unos 8,2 millones de chilenos están inscritos para votar en unos comicios donde se elegirá al jefe del Estado para los próximos cuatro años, a partir del 11 de marzo, y también se renovarán totalmente la Cámara de Diputados, con 120 escaños y la mitad del Senado, que en la próxima legislatura tendrá 38 cupos por el término de los senadores vitalicios y designados. Aunque oscurecidas por las presidenciales, en las elecciones parlamentarias se espera un nuevo triunfo de la coalición de centro-izquierda sobre la alianza de la derecha. Incluso, según las encuestas, la ventaja que obtengan los partidos del Gobierno puede ser más amplia que la de Bachelet sobre la suma de ambos candidatos presidenciales de la derecha.

Dos partidos disputarán el mayor número de parlamentarios, la Democracia Cristiana y la derechista UDI. Los pronósticos también apuntan a que el Partido por la Democracia (PPD) y el Partido Socialista experimentarán subidas. Ambos, junto con el Partido Radical, mantendrán a la izquierda como la principal fuerza dentro de la coalición gobernante.

El triunfo de los partidos de centroizquierda sobre la derecha, sin embargo, no tendrá una equivalencia similar en número de escaños, por el peculiar sistema electoral chileno, en que la mayoría debe duplicar a la minoría para obtener los dos cupos que se disputan en cada distrito o circunscripción. Este sistema fue concebido por la dictadura para garantizar en el Congreso una derecha equivalente al centroizquierda. Los pronósticos indican también que los comunistas seguirán fuera del Parlamento, como han estado desde el regreso de la democracia, debido al sistema electoral que no abre cupos para las minorías.