Un familiar versátil para carretera y campo
La línea estilizada de los nuevos todoterrenos ligeros y una tracción 4×4 con reductora para superar situaciones difíciles en el campo. El Grand Vitara recoge lo mejor de ambos mundos y es un familiar completo y versátil que se adapta a casi todo. Cumple en ciudad, permite viajar a buen ritmo sin sacrificar el confort y tiene los recursos de los todoterrenos clásicos fuera del asfalto. Pero, sobre todo, se vende a unos precios más asequibles que otros modelos más grandes.
Más grande y estilizado
El Grand Vitara es el heredero del Vitara, que salió en 1988 y fue uno de los pioneros entre los todoterrenos pensados para el uso familiar. En 1997 Suzuki evolucionó la idea con el Grand Vitara, y ahora, con casi dos millones de unidades vendidas, llega la tercera entrega, una interpretación más moderna con las mismas señas de identidad.
El nuevo Suzuki mide 4,47 metros de largo, 26 centímetros más que antes, pero como es más bajo presenta una línea más afilada y compacta que estiliza su figura, y añade un toque deportivo para realzar su carácter. La carrocería presenta unos ángulos suavizados y un frontal con personalidad que incluye un capó inspirado en Land Rover y una parrilla prolongada por debajo y bien integrada en el parachoques. El lateral es más convencional, con tres ventanillas muy rectas, pero las aletas resaltadas y las medidas generosas de las ruedas potencian su deportividad. El conjunto combina un estilo atractivo con la imagen atlética y robusta que distingue a los 4×4.
Práctico y bien acabado
A pesar de ser más bajo, el interior es amplio y habitable. Delante tiene unas butacas grandes y cómodas que dan sensación de desahogo y las plazas traseras ofrecen suficiente espacio para las piernas, pero destacan, sobre todo, por su flexibilidad: permiten regular la inclinación de los respaldos y se recogen para ampliar un maletero correcto. La funcionalidad se completa con buenos huecos para objetos: bandejas grandes en las puertas delanteras, un apoyabrazos con un buen cofre, dos posavasos delante y dos retráctiles atrás, bolsas en los respaldos... Estos accesorios afianzan su sentido práctico como coche familiar.
Sin embargo, los cambios más importantes están en el diseño y los acabados, que suponen un gran salto de calidad respecto al modelo anterior. Destaca el salpicadero, que incluye una instrumentación atractiva y una consola central limpia y ordenada. Además, los plásticos y tapicerías son vistosos y crean un ambiente cuidado y acogedor. Por lo demás, tiene unas suspensiones equilibradas que se adaptan igual de bien al asfalto y al campo, y permiten viajar con un confort y estabilidad notables. Sólo el tacto áspero y la escasa insonorización del motor reducen la comodidad en ciudad.
Tres motores y dos carrocerías
El Grand Vitara se vende en carrocerías de tres puertas, para el público joven, y de cinco, con vocación más familiar. La primera se ofrece con dos motores, 1.6 de 106 CV en gasolina (desde 16.995 euros) y 1.9 DDIS de 129 CV en turbodiésel (desde 20.495 euros), disponibles en acabados JA, JX y JX-A. La grande monta un motor 2.0 de gasolina y 140 CV (22.495) y el 1.9 turbodiésel (24.495 euros), que tiene cuatro acabados: JLX, JLX-A, JLX-AL y JLX-EL. Los precios son ajustados y toda la gama, salvo el tres puertas de gasolina, tiene tracción 4×4 con reductora. Además incluyen siempre de serie doble airbag, ABS y climatizador (menos el JA); las versiones intermedias llegan hasta seis airbags, y las superiores (JLX-AL y EL) añaden tapicería de cuero y hasta ESP (JLX-EL).
Conclusión
El Grand Vitara es un todoterreno moderno y polivalente. Cumple en el uso familiar, se adapta igual al asfalto que al campo y permite viajar con seguridad. Combina una línea atractiva y robusta, un interior amplio y flexible, y unas prestaciones y consumos correctos. Y tiene unos precios justificados y acordes con el equipo de serie.
AMPLIO Y FLEXIBLE POR DENTRO
El diseño y el acabado del Grand Vitara suponen un salto de calidad en Suzuki. El todoterreno japonés ofrece un interior amplio y acogedor en el que destaca el diseño del salpicadero, con tres relojes circulares y un volante que realzan la imagen del conjunto. La consola central también está muy cuidada y presenta un aspecto limpio y ordenado, con el radio-CD integrado, los mandos de la climatización y una rueda giratoria que permite conectar con la máxima facilidad el bloqueo del diferencial central y la reductora. Además, el acabado JLX-EL (en la imagen) incluye de serie tapicería de cuero y asientos delanteros calefactados. Las plazas traseras están bien resueltas y destacan por su flexibilidad: permiten regular la inclinación de los respaldos por separado, se pliegan por partes y se vuelcan contra las butacas de delante para ampliar la capacidad de carga. El maletero es correcto (398 litros cargando hasta la base de la bandeja) e incluye detalles que completan el sentido práctico del Grand Vitara, como un cofre oculto en la base para dejar herramientas o las cosas que se ensucian en una jornada de campo, ganchos para sujetar el equipaje y enchufe de 12 voltios. La zaga es muy clásica: incluye un portón con apertura lateral y lleva la rueda de repuesto por fuera
PRECIOS COMPETITIVOS
Hay pocos todoterrenos con reductora del tamaño del Grand Vitara 1.9 DDiS, pero el Suzuki es más asequible incluso que otros 4×4 más grandes, al menos con el acabado intermedio JLX-A, que incluye seis airbags de serie y ESP opcional (900 euros). El 4×4 japonés cuesta 2.700 euros menos que el Terracan 2.9 CRDi. El Hyundai es más grande y tiene un motor con 34 CV más, pero las prestaciones son similares. La diferencia sube a 3.300 euros frente al Sorento 2.5 CRDi y llega a 4.000 con el Jeep Cherokee 2.8 CRDi. Los dos son algo más grandes y potentes, pero corren lo mismo y sólo incluyen cuatro airbags. Además, el radio-CD del Kia es opcional (403 euros). Otro rival es el Honda CR-V, que cuesta 4.300 euros más y no tiene reductora. A cambio ofrece unas prestaciones superiores, gasta un litro menos e incluye de serie seis airbags, ESP y techo solar eléctrico
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