Toque español para Arabia

Los Hijos del Desierto afrontan su cuarta participación consecutiva en un mundial con la intención de mejorar la pobre imagen ofrecida en el de 2002, cuando perdieron los tres partidos de la primera fase ante Irlanda, Camerún y Alemania sin lograr un solo gol, y sufriendo además la goleada del torneo: 8-0 frente a los germanos. Lejos queda el certamen de 1994, en el que los árabes fueron una de las revelaciones. Ese año alcanzaron los octavos. Los eliminó Suecia.

El seleccionador de Arabia no posee una vasta experiencia en los banquillos, pero le avala su pasado como jugador. Es argentino, con pasaporte español. Se trata de Gabriel Humberto Calderón, un delantero con una maravillosa pierna izquierda que antes de militar varias temporadas en el Betis, fue campeón del mundo juvenil en 1979 con aquella legendaria selección dirigida por Cesar Luis Menotti y en la que Maradona se presentó en sociedad. Posteriormente disputó con la selección argentina los mundiales de 1982 y 1990. Una vez retirado, montó una escuela de fútbol con Rafael Gordillo, antiguo compañero en el Betis, para dirigir después a equipos de las ligas francesa y suiza. Cuando en 2004 fue contratado por la federación saudita, emprendió una profunda renovación, dando paso a muchos jugadores jóvenes, pero también recuperando a alguna vieja gloria, como el goleador Sami Al Jaber, la estrella del equipo. Además, reclutó a un español: el ex entrenador de porteros del Madrid, Manuel Amieiro.

Arabia Saudí no tuvo problemas para superar la fase de clasificación del mundial pese al recelo inicial que la prensa local mantenía con el seleccionador. Hasta 14 técnicos han pasado por su puesto en la última década. Calderón define a su equipo como inexperto (ninguno de sus pupilos actúa fuera de la Liga de su país) y marcado por las carencias físicas. Un contratiempo que trata de contrarrestar tratando de inculcar carácter competitivo.