Renfe y los taxis, los peor adaptados para discapacitados físicos
Las estaciones de Renfe y los taxis son los peor preparados para acoger a las personas con movilidad reducida. Así lo denunciaron ayer asociaciones de discapacitados físicos y de usuarios del transporte público. Frente al autobús o al metro, cuya adaptación ha mejorado en los últimos años, "Renfe sigue siendo la asignatura pendiente", explicó Albert Obiols, de la Asociación por la Promoción del Transporte Público.
Dada la dificultad para acceder a los vagones, los usuarios en sillas de ruedas han de solicitar ayuda al personal de Renfe. "Pero tienen que hacerlo 24 horas antes, o sea que si tienen algún imprevisto les es imposible coger el tren", denunció Craig Grimes, fundador de una pequeña empresa que facilita la estancia en Barcelona a personas con discapacidad de toda Europa.
Grimes reveló que los taxis deben solicitarse con idéntica antelación. Pero la petición resulta difícil, puesto que solamente 40 de los 11.000 taxis registrados en el área metropolitana de Barcelona están adaptados para acoger personas con disminución, explicó Francesc Aragall, experto internacional en accesibilidad.
Aragall participó en la elaboración del Plan de Accesibilidad de Barcelona, aprobado en 1995 con el objetivo de que Barcelona sea, en diciembre de 2006, una ciudad libre de barreras arquitectónicas. El primer teniente de alcalde del consistorio, Xavier Casas, hizo ayer balance del plan y reiteró que el objetivo es hacer de Barcelona una ciudad "100% accesible"."Posiblemente, Barcelona sea la ciudad mejor adaptada de Europa". Con esa contundencia se expresó ayer Xavier Casas, quien reiteró la intención del consistorio de que, a final de 2006, la ciudad sea plenamente accesible para las personas con disminución. Ahondó en el transporte público y dijo que, para esa fecha, el 100% de la flota de autobuses y de las estaciones de metro debería estar adaptada a minusválidos.
Casas señaló que es la Generalitat, y no el Ayuntamiento, la administración que debe realizar las obras de adaptación de las estaciones de metro. Por eso se mostró muy prudente al hacer previsiones. Lo cierto es que, en la actualidad, sólo 43 de las 121 estaciones de la red de metro son accesibles. O sea, apenas el 35%. El teniente de alcalde aseguró que 32 estaciones están en obras de adaptación y otras 17 lo estarán en breve. Pero aun en el caso de que estas 49 estaciones terminen las obras antes de que acabe 2006, faltarían aún 29 por adaptar.
Lo que ocurre en el interior del metro sí es responsabilidad de Transportes Metropolitanos de Barcelona. Y aquí, asociaciones de minusválidos y de usuarios denunciaron las dificultades a las que se enfrentan las personas que se ven obligadas a moverse con silla de ruedas.
Aspaim es una entidad que integra a lesionados medulares de Cataluña. Su presidente, Emili Figueres, explicó ayer que el "agujero" (técnicamente conocido con el vocablo inglés gap) que hay entre el tren y el andén es peligroso y supone un obstáculo, a veces insalvable. La solución pasa por unas rampas que eliminan el desnivel, que puede alcanzar en algunas estaciones los 15 centímetros. Pero en paradas en teoría adaptadas, como las de la línea 2, no hay rampas. Casas reconoció el problema y dijo que el Ayuntamiento "buscará una solución".
Las disfunciones se repiten en el caso de los autobuses. De acuerdo con los datos difundidos ayer, el 86,9% de los 1.017 autobuses tienen una rampa de acceso para minusválidos. Casas aseguró que con los 215 nuevos vehículos ya adquiridos, toda la flota estará adaptada en diciembre de 2006.
Pero de nuevo, en el día a día surgen los problemas, denunciaron las asociaciones. Miquel Figueras, responsable de los disminuidos en la Asociación de Vecinos de Sant Martí, aseguró que es frecuente que en las paradas haya obstáculos (papeleras, farolas) o que aparquen coches, con lo cual desplegar la rampa se convierte en una tarea difícil. El problema se soluciona con plataformas de acceso, de las que ahora hay 180. El Ayuntamiento construirá otras 600 en los próximos meses.
Además, las primeras rampas -instaladas a partir de 1992- "no quedan del todo a la altura de la acera" y generan "inseguridad" a los minusválidos. Otra contrariedad es la pérdida de tiempo, ya que, como no todos los vehículos están adaptados, a menudo deben dejar pasar más de un autobús.
El concejal de Mantenimiento y Servicios, Francesc Narváez, desgranó las mejoras en el ámbito de la vía pública. Narváez dijo que de los 1.287 kilómetros que ocupan las calles de Barcelona, 819 son ya accesibles para personas en silla de ruedas y otros 180 no pueden adaptarse, puesto que se trata de calles con una pendiente superior al 12%. Así que durante 2006, el Ayuntamiento deberá acondicionar los kilómetros restantes.
También avanza a un ritmo alto la construcción de badenes en los pasos para peatones. De los casi 35.000 pasos detectados, más de 29.000 (84%) ya están construidos, y 1.151 de estos pasos cuentan además con semáforos sonoros para invidentes. Casi la mitad se encuentran en el Eixample.
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