Respeto médico

Sra. Consejera: En agosto pasado, aquejado con una dolencia cervical del hombro derecho, fui a la consulta de mi doctora de cabecera, que por cierto es una excelente y buena persona, la cual me mandó a que me hicieran una radiografía para remitirme al especialista de Traumatología, esperando tener mejoría con medicamentos tales como Artrotec y Elorgan 400. Esperé hasta el día 11 de octubre de 2005, día en el cual fui otra vez a su consulta.

Pero ese día 11 de octubre la doctora estaba enferma y ocupaba su puesto un sustituto llamado Luis Felipe (no he podido saber sus apellidos). Con educación y ya que tenía la radiografía, le pedí un volante para pedir cita para el especialista en Traumatología con el propósito de que me diagnosticaran lo que tengo para no tener que depender de tantas pastillas. Me dieron cita para el 21 de noviembre, mientras esperaba que me llamasen me puse a leer el volante, que no lo había hecho antes y cual no fue mi sorpresa cuando leí en la parte que tiene de legible: "El paciente exige consulta a vuestro servicio, imposible razonamiento mínimo. No atiende a razones, lo siento".

Este señor, sin más preguntas, se limitó a escribir y lo que escribió es una calumnia y mentira tan grande como un templo, pues jamás yo he faltado al respeto a ningún médico que mire por nuestro bienestar y salud; nunca he sido ni irresponsable ni violento, he ido con la razón y la educación por delante y ante este caso de este señor Luis Felipe, que incluso no pone ni su nombre ni su número de colegiado en el volante, me dirijo a usted para que trate de dar con este médico y le enseñe modales y recato, y que trate a los pacientes como se merecen; y si usted no lo hace, le diré que pienso mandar este escrito a tres periódicos diferentes e incluso dirigirme a la señora Ministra de Sanidad, con el fin de dejar claro y que todo el mundo sepa que hay miles de buenas personas entre los médicos que nos atienden, pero también entre ellos hay garbanzos negros que no merecen ni tener el título del Doctor, y a los que hay que enseñar respeto para que sean respetados.