Zapatero confía en lograr avances hacia la paz, aunque admite que no será fácil

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ratificó ayer su esperanza de que en esta misma legislatura se produzcan "avances sustanciales" en la paz en Euskadi, aunque aclaró que el camino no será fácil. Hizo esta aseveración cuando ya se conocía una amenaza de bomba en Santander y La Moncloa la mantuvo cuando se supo que ETA había colocado artefactos en varios puntos de España. "Más allá de lo que haya podido producirse", señaló que "el único destino de ETA es dejar las armas" y "si el Gobierno percibe que hay una oportunidad para la paz, la aprovechará".

Zapatero, en la tradicional intervención en el Congreso con motivo del Día de la Constitución, indicó a los periodistas que se han producido "avances significativos" hacia la paz, como las 200 detenciones de militantes de ETA en año y medio y la ausencia de atentados mortales en dos años y medio. También subrayó la voluntad más patente del mundo de Batasuna de avanzar hacia la paz, coherente "con las abrumadoras ansias de paz de la sociedad vasca".

Resaltó, a continuación, y con una "gran prudencia", la "esperanza cierta" de que en esta legislatura se produzcan "avances sustanciales" hacia la paz, en alusión al cese de las armas de ETA, que no citó expresamente. "Habrá que ir paso a paso y el camino no será fácil. Esto no va a ser un camino de rosas", precisó a los periodistas.

Zapatero aclaró, también, que no se va a amilanar porque el PP haga "oposición con el terrorismo". "Si el Gobierno cree que hay condiciones para llegar al fin de la violencia, no dejará pasar esa oportunidad histórica", señaló.

El presidente abordó el otro gran reto político del momento, la negociación del Estatuto de Cataluña. Expresó su convicción de que habrá un acuerdo en el Congreso sobre su reforma antes de febrero. "Lo sacaremos adelante. El año que viene por estas fechas ya estará aprobado y por gran mayoría", comentó.

Tras admitir que "determinados cambios producen resistencias y dificultades", en alusión a la reforma del Estatuto de Cataluña, la engarzó con las de otras comunidades autónomas, y precisó: "Culminarán en un Estado autonómico, que servirá para más de una generación".

Aclaró, en este sentido, que la Constitución, de la que parten los estatutos de autonomía, "es la llave de la libertad y no un candado". Expresó su confianza en que las reformas territoriales fortalecerán los valores constitucionales. "El valor último de la Constitución es el entendimiento, el tender la mano, el respeto a todos y el buscar siempre más espacio de encuentro sin perder de vista los cambios que la sociedad exige", señaló, en un contrapunto a la visión que de la Constitución dio el PP en la concentración del sábado en Madrid.

Arremetió contra los extremismos como "posición política de intransigencia, de decir que no a todo". Y, en esta crítica, a la que no puso siglas, vaticinó "el fracaso más estrepitoso al boicoteo a los productos catalanes", promovidos, dijo, desde "posiciones minoritarias y extremistas". "Es un error que debe cortarse de raíz y es insólito que se aliente y no se combata porque perjudica a todo el mundo".

De su socio Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), agradeció su apoyo parlamentario, pero añadió que "no le gustan nada" algunas de sus actitudes. Precisó, entre ellas, la petición de sus juventudes de quemar páginas de la Constitución, la petición al Rey de que pida perdón por el franquismo y el encadenamiento ante la sede de un medio de comunicación, la Cope.