Agotadas las entradas para el concierto de The Black Eyed Peas
En vísperas de la Navidad, el largo puente ha traído la sorpresa de ver cómo se agotan las entradas del concierto de los norteamericanos The Black Eyed Peas. Su hip-hop urbano irrumpe en unas fechas que invitan al sosiego. También en estos días se inician dos festivales de carácter local: el de Gospel y Negro Spiritual, y el Vía Magna. Además, Los Delinqüentes, Javier Álvarez y Carlos Chaouen, hacen de padrinos en el ciclo Alternativas en Concierto.
- Ritmos urbanos. Una canción como Don't punk my heart, ha catapultado a la fama mundial a los norteamericanos The Black Eyed Peas, que llevaban ya unos años triunfando en su país. Incluida en el disco Monkey Business, la canción muestra la maestría del grupo para arrimar el hip-hop y otros ásperos ritmos urbanos a la cercanía más fácil de digerir del pop universal. El alegre funk y el baile, está asegurado con este cuarteto.
Urbanos también, pero incomprensiblemente desconocidos por el gran público, son The Posies, un grupo que surgió en Seattle en plena eclosión del grunge que abanderaba Nirvana y bandas afines. Y es que lo de The Posies nunca fue el ruido, sino crear preciosas canciones entre el folk, el pop y el rock. Every Kind of Light se llama el último disco que ahora presentan en Madrid, ciudad que siempre les ha tenido en gran estima.
Sin su Blues Experience al lado, Jon Spencer ofrece un concierto en una sala pequeña como Gruta 77, para plasmar la fiereza de su voz y su guitarra en una noche dedicada a los ritmos más duros. Le acompaña en la velada la formación de Matt Verta-Ray.
Con la fuerza de Opeth, Shot Out Louds, Her Space Holiday, Eyaculación Post Mortem y The Vientre, la acidez de Daniel Higiénico, el humor de Rayo y Los Trueno, y el candor de Nosoträsh, entre otros, se comprobaría los derroteros distintos que pueden tomar los ritmos que se dan en los núcleos urbanos.
- Sólo voces. Como cada Navidad, y con la garganta como instrumento principal, vuelven a celebrase en Madrid dos festivales que otorgan a la voz cantada todo el protagonismo. Aunque de origen religioso, el Vía Magna -que llega a su decimoquinta edición- se abrió hace unos años a otras músicas. Así, en esta primera semana acoge a Paloma Berganza, que dedica su recital a la canción francesa, mientras que su espíritu primero se da en las actuaciones del Coro Vía Magna, que interpreta El Mesías en el Monumental, y los recitales de la Iglesia San José, con Inside Voices, que dirige Sheilah Cuffy, y el Coro Gaudeamus.
El otro festival es el de Gospel y Negro Spiritual, que en su undécima edición, va a regresar, tras dos años en la Casa de Campo, a su ubicación tradicional, el Centro Cultural de la Villa. Aunque el grueso del programa arranca la semana que viene, este domingo a mediodía, para abrir boca, La Casa Encendida acogerá la voz profunda de Roslyn Ministries con trío del pianista Bobby Floyd.
- Un buen padrino. Tener un mentor que indique el camino a seguir de un principiante, y que avale con su predicamento esos primeros pasos, sirve también para la música, y de ese espíritu nació Alternativas en concierto: Un famoso actúa junto a un novel y, para más inri, en una sala de reducido aforo.
Así, esta semana el cantautor Javier Álvarez apadrina en Siroco al grupo Mon, mientras que el también cantautor Carlos Chaouen hace doblete apadrinando un día a Montoto, en el Búho Real, y otro a Alba, en la sala Reciclaje de Guadarrama. Y es que el Alternativas en Concierto tiene también el aliciente de recorrer algunos pueblos de la Comunidad que no suelen entrar en los circuitos habituales de lo artistas ya consagrados. Será grande, por ello, ver el descaro de un grupo como Los Delinqüentes, que nunca tuvieron padrino, dando la alternativa en la sala La Frontera, de Villalba, a Rash.
Fuera del programa, sin padrino alguno, pero con un puñado de excelentes canciones, regresa a El Sol el granadino José Ignacio Lapido, que atesora ya una coherente carrera en solitario desde que dejó 091. Y lo hace para presentar su último disco, En otro tiempo, en otro lugar, en el que vuelve a mostrarse como un excelente letrista. Y tampoco ya necesita padrinos Tontxu, el bilbaíno afincado en Madrid que acaba de estrenar paternidad. Contacto con la realidad, su último disco, recobra más sentido aún con su nueva condición de padre responsable.
Mientras, el jazz, aunque ya no cuente con el festival que lo ha iluminado en las últimas semanas, sigue teniendo feliz presencia en los bares madrileños que lo programan con asiduidad. La guitarra de Santiago de la Muela o de Jayme Marques, en estilos bien diferentes; el piano de Rubén Andreu o la armónica de Antonio Serrano son sólo algunos ejemplos de la vasta programación que acoge Madrid cada siete días.
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