Equilibrio dinámico
Aunque por fuera se parece mucho al Passat, en realidad es un Golf con línea de berlina y con el maletero ampliado. Comparten la misma base mecánica y tienen un tacto de conducción y un comportamiento similares. Pero el Jetta aporta un mayor sentido práctico como coche familiar porque ofrece una capacidad de carga superior.
Un turbodiésel muy probado
El nuevo VW se ofrece con dos motores turbodiésel, el 2.0 TDi de 140 CV y el veterano 1.9 TDi de 105 CV, que es el que montaba la unidad de la prueba. Este propulsor ofrece un rendimiento correcto y más que suficiente para la mayoría de los conductores, porque mueve bien el peso y permite viajar con bastante soltura. Lleva ya muchos años en el mercado, pero ha recibido continuas evoluciones para mantenerse al día y destaca por su respuesta equilibrada en todos los regímenes y su bajo consumo. Así, responde con elasticidad desde 1.500 vueltas y es muy manejable en ciudad, pero después se estira por encima de las 4.000 revoluciones, y, aunque no destaca por su alegría, muestra un empuje constante y sin vacíos que resulta muy agradable en los viajes.
El cambio es de cinco velocidades, está bien escalonado para aprovechar la potencia y no se echa de menos la sexta. Aunque las prestaciones no sorprenden, llanea muy bien, afronta las subidas sin pereza y sólo le falta algo de nervio al adelantar, porque le cuesta acelerar y ganar velocidad en las marchas largas. Sin embargo, corre lo suficiente, no hace ruido y gasta muy poco: algo más de cinco litros en conducción tranquila y alrededor de siete estirando las marchas y en tráfico urbano.
Cómodo, preciso y eficaz
El Jetta ofrece un comportamiento dinámico equilibrado y seguro que permite disfrutar al volante, sobre todo con el acabado Advance de la unidad de pruebas, que cuesta 1.400 euros más, pero incluye, entre otras cosas, una suspensión con reglajes más deportivos que apenas penalizan el confort.
El resultado es un equilibrio conseguido en todos los trazados, y un tacto muy parecido al del Golf que se aprecia en la posición de conducción y se mantiene en la precisión del volante y la facilidad con que se maneja. En zonas viradas es ágil, balancea poco en las curvas y tiene un buen ángulo de giro. Y en carreteras rápidas y autopista circula con mucho aplomo, da seguridad y absorbe las irregularidades sin sequedades. Así, permite viajar con una comodidad más que correcta y sólo algunos silbidos aerodinámicos de la carrocería disturban un funcionamiento suave y silencioso.
Por lo demás, los frenos responden con potencia e incluye un equipo de seguridad muy completo, con un buen ABS y un control de estabilidad ESP que actúa con discreción sin que apenas se note, pero cumple muy bien su trabajo y ayuda a conseguir un comportamiento seguro, incluso en condiciones climatológicas adversas.
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