Aguirre aboga por cerrar filas en torno a la unidad de España y la Constitución

La presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, proclamó ayer la "fidelidad al espíritu de concordia, consenso y generosidad" que los españoles de 1978 inculcaron en la Constitución, cuando "todos cedieron algo en sus ideas para que otros pudieran estar a gusto bajo el mismo techo".

Con un discurso basado en el cierre de filas en torno a la Constitución y la unidad de España, la presidenta adelantó ayer cinco días la celebración de la fiesta constitucional y que fue a coincidir con la víspera de la manifestación que el PP ha convocado hoy en la Puerta del Sol en homenaje al texto constitucional.

Aguirre habló de "sacrificio", "libertad", y "futuro". Pero el tono del acto celebrado en la Casa de Correos, sede del gobierno regional, tuvo tintes del pasado. Sobre todo en el programa musical que lo acompañó, a cargo de la orquesta y coro de la Comunidad de Madrid, dirigido por José Ramón Encinar, que interpretó, entre otras piezas, un fragmento de Doña Francisquita.

La vida cultural madrileña estuvo representada por Sara Montiel, Andrés Pajares, Raúl Sender y Massiel, entre otros. Y por primera vez se escuchó el himno nacional en la fiesta de la Constitución, tras el cual la presidenta gritó: "¡Viva España!". Antes, había hecho un guiño a Cataluña, al proponer un brindis, "de la manera más española de brindar", con cava catalán.

Sus palabras las pronunció ante el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, el delegado del Gobierno, Constantino Méndez, el jefe de la Casa Real, Alberto Aza, el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Javier María Casas, el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón, la presidenta de la Asamblea, Concepción Dancausa, y los portavoces de los grupos parlamentarios, Antonio Beteta (PP), Rafael Simancas (PSOE) y Fernando Marín (IU). También estaban el secretario general del PP, Ángel Acebes, el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, las portavoces municipales Trinidad Jiménez (PSOE) e Inés Sabanés (IU).

Además de anfitriona, Aguirre fue protagonista, pues todos querían saber qué tal estaba tras el accidente en helicóptero sufrido el jueves en Móstoles. Un joyero de la calle de la Sal le regaló una medalla de plata del Ángel de la Guarda, que se colgó inmediatamente al cuello. "Queremos tocarla [a Aguirre] para ver si nos pega su buena estrella", comentaba una mujer entre los curiosos congregados ante el Gobierno regional.

"Ya es hora de que me retire", reiteró Aguirre en un corrillo, ratificando lo dicho poco antes en la cadena SER. Añadió que le gustaría repetir en las elecciones de 2007 y que si volviera a ganarlas, eso supondrá estar en activo hasta 2011. "¡Que ya está bien!", agregó.