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El helicóptero de Rajoy y Aguirre perdió la cola en un siniestro en Alicante en 1998

El piloto y la empresa achacan la caída de la aeronave a un "cambio brusco" del viento

Jorge A. Rodríguez

El helicóptero que el jueves se estrelló en Móstoles (Madrid) con Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre a bordo había sufrido el 7 de julio de 1998 otro siniestro en el que perdió parte de la cola, incluido el rotor de dirección. El incidente sucedió durante la extinción de un incendio en Benimarfull (Alicante), cuando el aparato aún no pertenecía a Helisureste y portaba otra matrícula. El piloto de la aeronave ha presentado un informe en la Dirección General de Aviación Civil en el que achaca la "pérdida de sustentación" del aparato a "un brusco cambio en la dirección e intensidad del viento".

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La empresa Helisureste, dueña de la aeronave, ha admitido que el aparato sufrió "un incidente" (sin víctimas) antes de que lo adquiriese, en 1999 y lo rematriculase con los dígitos EC-HCT. El 7 de julio de 1998, cuando el helicóptero (entonces matrícula G-BXMP) participaba en la extinción de un incendio arrojando agua desde una bolsa bambi, el piloto se topó de frente con unos cables. A pesar de la maniobra evasiva, "no pudo impedir chocar contra los cables con la parte delantera del morro", según la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil del Ministerio de Fomento.

"El piloto realizó una serie de maniobras correctivas, que evitaron la caída sin control del aparato", lo mismo que el jueves junto a la plaza de toros de Móstoles. Debido al choque contra el suelo, "se produjo el desprendimiento del cono de cola y la deformación de la zona inferior trasera". Una de las palas del rotor "contactó con la parte superior de las dos aletas del estabilizador horizontal". Los daños fueron "importantes". El aparato fue reparado, rematriculado y sometido a las inspecciones preceptivas. En la actualidad, tenía todos los permisos en regla y no presentaba pegas para el vuelo, según la empresa y el Ministerio de Fomento. Con anterioridad, el helicóptero tuvo las matrículas N-58968 y la C-OCOP.

La hipótesis que se abre paso sobre el siniestro de Móstoles es la del "cambio brusco en la dirección e intensidad del viento", tal como señalan el piloto en su informe y la compañía Helisureste en una nota de prensa, con la misma frase exactamente. Según el Instituto Nacional de Meteorología, en el momento del siniestro el viento en Móstoles era del noreste, y de entre 30 y 35 kilómetros por hora. El giro o guiñada que hizo la aeronave justo antes de caer fue en ese sentido.

Helisureste asegura que el cambio de viento sólo pudo sentirse cuando la aeronave se elevó y perdió el resguardo del coso. La elección de la plaza como punto de despegue fue del propio piloto, según un informe de la Policía Municipal de Móstoles. Fuentes de Aviación Civil explicaron que el piloto de un helicóptero es soberano para elegir, aceptar o rechazar operar en un helipuerto eventual.

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La compañía afirma: "El helicóptero despegó de lo que técnicamente se denomina zona confinada, aislada del viento por las paredes de la plaza de toros. Los primeros informes recogen la impresión de que el viento cambio de dirección e intensidad, pasando a ser viento de cola, y provocó la pérdida de sustentación del aparato". José Fonticova, uno de los tres pilotos de dotación del aparato, declaró ayer a Efe que el coso es "un sitio muy factible para aterrizar y despegar".

Pilotos de helicópteros de las Fuerzas de Seguridad del Estado creen que el viento pudo ser "fundamental" para el accidente. Sin embargo, consideran que el aparato iba "al límite de peso" o "muy forzado". Este hecho, de ser cierto, llevaría a que el helicóptero despegase al máximo de su potencia y que el viento de cola, lo zarandease. Las fuentes consultadas aseguran que el peso máximo autorizado para un despegue en un Bell 206 L4 Twin Ranger es de 2.063 kilos. En vacío, la aeronave de fabricación norteamericana pesa 1.483 kilos (incluidos los sistemas de comunicación y otros incorporados, ya que sin ellos pesa 1.321 kilos).

"Si iban seis personas, el cálculo es que entre todos pesaban un máximo de 480 kilos, a lo que hay que añadirle el peso del combustible", explican. Si iba al máximo, el peso del combustible, según las especificaciones técnicas del fabricante norteamericano, es de 250 kilos. El piloto asegura en su informe que llevaba entre 150 y 180 kilos de combustible. Es decir, el peso total superaría los 2.063 kilos (el máximo de despegue) o estaba muy cerca.

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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