_
_
_
_
FÚTBOL | El Barça y la selección se quedan sin uno de sus mejores talentos
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La peor lesión, el mejor remedio

Ramon Besa

El fútbol se había acostumbrado tanto a la presencia ininterrumpida de Xavi en cada partido que resulta muy difícil asimilar que no jugará durante medio año. A pesar de su aparente fragilidad no sólo era inmune a las lesiones sino que transmitía una salud envidiable. La enfermería le resultaba tan extraña como el banquillo porque estaba vacunado contra los males más comunes de los futbolistas y también contra los caprichos de los entrenadores. Jugador fiable por excelencia, se presenta hoy como el hilo conductor del Barça de los últimos años, el mejor exponente de la cultura futbolística del club, imperecedera pese al continuo cambio de técnicos de hace un tiempo. Justo ahora en que se comienza a comparar el juego del actual equipo azulgrana con los mejores de su historia, nadie mejor que Xavi representa el espíritu del Dream Team de Cruyff en el Barça de Rijkaard.

Más información
Xavi se rompe "como una caña"

Xavi es quien da la luz en el campo para que Ronaldinho deslumbre, Eto'o galope, Messi gambetee y Deco achique la cancha y al contrario. Lleva la pelota para que el Barça juegue, circunstancia decisiva en un deporte de equipo, necesitado de pegamento para que los defensas se entiendan con los delanteros. Hasta Ronaldinho ha dicho que sin el balón no es nadie. Pocos volantes se ofrecen y recogen como Xavi, tan buen jugador que sabe que a un lateral no se le puede dar la bola de la misma manera que a un extremo. No es lo mismo tocar para Messi que profundizar para Giuly o Belletti. Nada tiene que ver Eto'o con Larsson. Y Ronaldinho no siempre quiere la pelota de la misma manera. Xavi no sólo les entiende sino que descifra los partidos porque sabe tanto lo que le conviene a su equipo como al rival.

Igual juega de primera, con un toque interior o exterior, que se da media vuelta, gira sobre sí mismo para ganar espacio y tirar la línea de pase, profundo y vertical como es en calidad de trescuartista, nada que ver con sus inicios, cuando el equipo era chato y atacaba con excesiva lateralidad, como si el fútbol fuera balonmano. Xavi ha madurado tanto que se ha convertido en uno de los mejores centrocampistas del mundo con un nombre de pila muy común, prueba inequívoca de fidelidad a su figura liviana y a su juego dulce y silencioso, muy alejado del ruido mediático y por tanto de las listas de los grandes galardonados.

No es extraño por tanto que la lectura del parte médico sobrecogiera ayer a los aficionados. Fue como si se hubiera roto la cristalería de casa. Un chasquido suena mal en un cuerpo suave y pequeño, y Xavi expresa suavidad, delicadeza, serenidad, y también humildad, solidaridad y compromiso, factores determinantes para explicar el excepcional momento del Barça. La baja de Xavi, consecuentemente, puede ser un serio inconveniente porque puede alterar la mecánica de juego del equipo. Hay muy pocos futbolistas que sean un seguro de vida porque no fallan un pase, no pierden la pelota y mejoran cada jugada. Así que no es difícil imaginar que se le extrañará en el Barcelona y por extensión en la selección. No hay más que contar.

A una mala noticia, una de las peores que podía recibir el aficionado azulgrana y español, le seguirá, sin embargo, otra buena. Ha llegado el momento de Iniesta, una solución estimable para un problema muy gordo. Iniesta ejerció maravillosamente la temporada pasada como jugador número 12. Jugó con la red de seguridad que no tiene un titular como Xavi. Ahora, en cambio, le tocará asumir justamente el rol que ejerció Xavi cuando no estuvo Guardiola, una situación muy compleja y que sirve para medir a los grandes futbolistas. Iniesta lo es y ahora le llega la ocasión de demostrarlo en un equipo muy bien armado. Hoy cuenta el Barça con el jugador expreso para sustituir a Xavi, señal inequívoca de que cuida tanto de los fichajes como de la cantera, fiel guardián de los secretos del juego azulgrana, de los futbolistas que dan estilo al equipo. El barcelonista añorará a Xavi mientras abrazará a Iniesta.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_