El hombre que canta a las aves

Mikel Laboa (San Sebastián, 1934) venció ayer los nervios que le atenazan ante cada comparecencia pública y habló en Bilbao de Xoriek 17 (Elkar), su décimo disco de larga duración, cuya grabación le ha mantenido ocupado durante el último año.

"No busco sorprender a nadie", reconoce el cantautor. "Primero me tengo que sorprender yo y luego, ya veremos si los demás se sorprenden. Las cosas te sorprenden cuando menos te esperas. Por ejemplo, cuando hice Txoria txori no tenía ni idea de que fuese a tener la repercusión que ha tenido", recuerda.

Xoriek 17, rico en desarrollos jazzísticos, se estructura en tres partes: In memoriam, Xoriek y cuatro temas independientes con textos de Bernardo Atxaga, Joseba Sarrionandia y Bertolt Brecht. In memoriam incluye homenajes a Atahualpa Yupanqui, Jacques Brel, James Joyce y Billie Holiday, mientras que Xoriek insiste en referencias al mundo onírico y metafórico de los pájaros.

"Yo no diría que es el último disco, pero es muy difícil asegurarlo"

"Todos conocemos a los pájaros, se meten en nuestras casas, hasta la cocina, aunque ahora es verdad que veo menos... Es bonito y, por otro lado, es un mundo difícil el del pájaro. Nunca les he preguntado a ellos, aunque creo que será más fácil que el nuestro", responde a la pregunta de qué le atrae de las aves.

Para grabar el nuevo trabajo, ha contado con músicos de jazz como Iñaki Salvador, Josetxo Silguero y Dani Pérez, además del violinista escocés Alasdair Fraser, la orquesta Et Incarnatus, Ruper Ordorika, Xabier Montoia y el grupo de post rock Lisabö. Al respecto, Laboa se remite a Viridiana, la película de Buñuel, y exclama "¡qué riqueza de lujo!" por contar con "poemas de tanta calidad y músicos de gran nivel, con los que cuando empezamos parecía increíble llegar a contar".

Elkar, que edita todas sus grabaciones desde 1974, año de su primer elepé, Bat-hiru, destaca la "identidad y modernidad, brillante coloratura y sabor popular" de una discografía que se completa con cuatro EP publicados entre 1964 y 1969.

Eran los tiempos de Ez Dok Amairu, testigos para muchos del Laboa más combativo, aunque él lo ponga en duda: "Tuvimos un papel importante en esos momentos, cuando aún en el franquismo hubo un resurgimiento de la cultura vasca, que había ido cayendo desde la República, y redescubrimos un montón de cosas que desconocíamos. Aquellos años no los olvidaremos. Fueron importantísimos, pero, aunque no nos dejaban cantar, un par de días nos llevaron a comisaría y había un par de letras que no le gustaban a Franco, realmente no sé si fuimos combativos".Sobre el futuro, no está concretada la celebración de ningún concierto, ya que Laboa está retirado de los escenarios por prescripción médica. Tampoco confirma si tiene ánimo para afrontar una nueva grabación o si Xoriek 17 será definitivamente su último álbum. "Yo no diría que es el último, me parece feo, aunque igual mañana la diño. Pero es muy difícil asegurarlo, lo dejo en el aire, queda abierto,... Me quedan al menos unos lekeitios y después ya veremos", concluye el cantautor.