Más vale tarde...

Vecinos de Pelayos de la Presa han interpuesto denuncia ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid porque se están talando árboles centenarios para hacer la variante de Pelayos de la Presa.

Ya era hora de que se hicieran comparecer ante la Justicia todos los problemas que presenta y representa la variante de Pelayos y sus sucesivos anteproyectos en el marco de la reforma de la M-501. Hago votos por que cuando la justicia dicte su fallo, éste sea democráticamente aceptado.

Pues bien yo, que sólo me represento a mí mismo, me considero en la obligación de decir que los problemas que tenemos mi madre y yo como vecinos de Pelayos de la Presa son, al menos, de tanta entidad como que se vayan a talar unos árboles centenarios, como la lamentabilísima situación en que se encuentran las infraestructuras de este pueblo.

Y ello porque cuando tengo que bajar a mi madre, que también es centenaria, para que pase el control presencial y así percibir su pensión de viudedad, las calles por las que tengo que pasar están hechas una auténtica pena y, para colmo, tengo que llevarla en silla de ruedas por una acera de menos de un metro de anchura, mientras que por la calzada discurre el tráfico que mañana, si se hace, circulará por la variante.

¿Por qué el Ayuntamiento no las arregla y nos cobra a los vecinos lo que legalmente corresponda? Me gustaría recordarle las manifestaciones del señor Granados, consejero de Presidencia, respecto a la aplicación del Prisma en los municipios de menos de 20.000 habitantes y a la equidad en las actuaciones.

Además de mi situación particular, sí quisiera dejar constancia de que también son importantes los numerosos vecinos de Pelayos de la Presa, de San Martín de Valdeiglesias y de otros municipios situados más al oeste en la M-501 y que diariamente tienen que ir a trabajar a Madrid, bien bajo una niebla intensa -como la que hemos padecido estos días- o bien con el sol en los ojos cuando se viaja a primeras horas de la mañana hacia el este; asimismo cuando se regresa a casa después de una jornada laboral, a última hora de la tarde, con el sol también en los ojos porque viajan hacia el oeste.

¿Quizá porque en esta comarca se está discutiendo sobre el sexo de los ángeles; es decir, sobre esa entelequia que es el desarrollo sostenible? La famosa Agenda 21 no es precisamente un ejemplo de eficacia: la espada de Damocles que representan las no menos famosas zonas de protección de aves planea, limita y condiciona cualquier iniciativa, si es que la hubiera, que lo dudo, sin perjuicio de que en esta comarca, en donde no escasea el capital, no se invierte en crear empleo. ¿Por qué.