'Trikitixa' en Eibar
La localidad guipuzcoana celebra a lo grande San Andrés: feria de ganado, venta de productos locales como chacolí e idiazábal, bailes en corro a ritmo del acordeón llamado 'trikitixa' y aizcolaris con sus hachas.
No les falta detalle. Las otoñales fiestas de San Andrés, en Eibar (Guipúzcoa), tienen de todo; hasta, posiblemente, ese suave chirimiri que hace que surjan los paraguas en la amplia plaza de Untzaga, a la que se abre el Ayuntamiento, pero no impide -al contrario, casi forma parte de ellos- que los actos se lleven a cabo. Desde bien temprano, el 30 de noviembre, día del santo, el jurado de la feria agrícola y exposición de ganado (vacas y terneros) y aves empieza sus trabajos: este año es la XXVII edición. Algunos ganaderos tapan el yugo y protegen la testuz de las vacas con un pellejo de oveja.
Para la venta (y, en algunos casos, concurso y exposición), en un espacio contiguo, miel, verduras, fruta, cebollas de Mallabia, alubia tolosana nueva y alubia de Gernika, pimientos de Elgoibar, pan artesano, flores, quesos (entre ellos idiazábal, de gran calidad y enorme aceptación), pastel vasco, pastel de queso, rosquillas, bizcochos y, naturalmente, chacolí, sin más manos intermedias, normalmente, que las de aquellos que lo han producido con mimo y de quienes se deleitan de sólo pensar en su disfrute. Otros saborean desde ya chorizos y morcillas, que se ofrecen en diferentes puestos.
Los aires de los chistularis alegran el ambiente, mientras a las 12.30 la atención se concentrará en la actuación de versolaris y trikitilaris. La trikitixa, que tanto ha popularizado, entre otros, Kepa Junquera, es un acordeón diatónico que además, a partir de las 13.00, animará la Plazara Dantzara Erromeria: chavales y mayores, muchos de ellos vestidos de baserritarras (habitantes de los caseríos), bailan en corros, agarrados de la mano. La víspera, a las 19.00 y en la misma plaza, actuarán los esforzados aizcolaris, pantalón blanco y camiseta de tirantes (a pesar del frío: pronto entran en calor). El sujeto de sus certeros hachazos son troncos de aproximadamente un metro de largo y poderoso diámetro. Los árboles elegidos suelen ser hayas, cuya madera es más noble que la de pino. "El pino es más blando", dicen, "pero tiene resina, y la herramienta se quedaría pegada. Con el haya, el tajo es más limpio".
Información turística (943 82 01 10). Cultura del Ayuntamiento de Eibar (943 70 84 35)
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