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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Erich Schnake Silva, un apasionado socialista chileno

Después de sobrevivir cinco años tras un trasplante de pulmón a una fibrosis idopática y enfisema pulmonar, el martes 22 de noviembre murió a los 74 años el ex diputado y senador socialista de Chile y uno de los fundadores del Partido por la Democracia, Erich Schnake Silva, un apasionado partidario del presidente Salvador Allende, víctima él mismo de los militares y luchador por el retorno a la democracia, que llevó a España en el corazón.

En su funeral, realizado el miércoles, se oyeron dos canciones: Gracias a la vida, de Violeta Parra y Plegaria del labrador, de Víctor Jara. Un ex compañero de las celdas de la dictadura recordó que Schnake decía que la vida da sueños para cumplirlos.

A sus exequias asistió el presidente Ricardo Lagos, quien evocó a Schnake como una "figura central para hacer las reformas indispensables en la forma de pensar el socialismo en el siglo XXI".

De profesión abogado, Schnake provenía de una familia socialista de Chillán, al sur de la capital. Comprometido con las luchas sociales y el Gobierno del presidente Salvador Allende, al que defendió desde el parlamento, fue tomado prisionero por los militares el día del golpe, el 11 de septiembre de 1973.

Por defender un gobierno constitucional fue llevado a un consejo de guerra en la Fuerza Aérea, donde el principal acusado, por ser leal a Allende, era el general Alberto Bachelet, padre de la actual candidata presidencial de la coalición gobernante, Michelle Bachelet. En sus memorias, Schnake relata que Bachelet fue sometido a "torturas espantosas" por sus ex camaradas; también él, pero omite detalles.

Condenado por "sedición o motín", estuvo cuatro años y medio prisionero y 10 en el exilio. Gestiones del entonces joven líder socialista Felipe González permitieron cambiar en 1977 su prisión por exilio. Se radicó en España, cuya nacionalidad adoptó y fue acogido por el PSOE, donde hasta le ofrecieron ser candidato a diputado en la lista por Madrid y trabajó en el municipio de Leganés.

En las fracturas de los socialistas chilenos se alineó con los sectores renovados, más influidos por el socialismo europeo. Pero nunca perdió de vista a Chile. Tres veces entró clandestinamente al país en la dictadura. Después de despedirse de Felipe González y Joaquín Leguina, en su última entrada en 1987, desafiando al peligro, llegó con un pasaporte español y recibió la ayuda del PSOE, a través de Elena Flores. Se presentó en la Asamblea Parlamentaria Mundial en un hotel de Santiago, a la que asistían decenas de diputados y senadores de siete países y ex parlamentarios chilenos. Una ovación prolongada lo acogió.

Después de tensas negociaciones, la dictadura accedió a confinarlo en algún lugar apartado del país y ponerlo a disposición de la justicia, y Schnake se entregó. Pero no respetó el acuerdo y en una noche tormentosa lo dejaron en la cordillera nevada sin ropa adecuada, en la frontera con Argentina. Gendarmes de ese país, enviados por el entonces canciller Dante Caputo, lo rescataron en la madrugada. España protestó por la expulsión de un ciudadano español, Argentina se negó a recibirlo y a los dos días del escándalo internacional, la dictadura cedió y lo incluyó en una lista de exiliados que podían regresar.

Schnake se reincorporó activamente a la lucha contra Pinochet, fundó y fue el primer presidente del Partido por la Democracia y contribuyó a forjar la alianza de socialistas y democristianos que gobierna desde 1990.

En democracia postuló a diputado perdiendo por pocos votos y por el sistema electoral creado por la dictadura. Poco después inició su última batalla: recuperar su salud.-

Erich Schnake.
Erich Schnake.EFE

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