Los estados pactan un plan contra la brecha digital, pero sin compromiso económico
La Cumbre de Túnez concluye con una declaración que asocia el desarrollo de la sociedad de la información con los derechos humanos - El Fondo de Solidaridad seguirá siendo voluntarioReporteros sin Fronteras publica la lista de los 15 países enemigos de la libertad en la Red
La Cumbre de Túnez sobre la sociedad de la información terminó la semana pasada con una declaración de principios, pero sin que los gobiernos lograran acordar mecanismos claros para financiar el plan de acción contra la brecha digital que se había diseñado en la cumbre preliminar de Ginebra de 2003. Estaban sobre la mesa propuestas de distinto tipo, desde la argentina de canjear deuda externa por inversión en las tecnologías digitales a la de Senegal, de hacer obligatorias las aportaciones al Fondo de Solidaridad digital, que actualmente se nutre de donaciones voluntarias.
Los países desarrollados argumentaron que estas ayudas al desarrollo tecnológico deben vehicularse a través de los mecanismos multilaterales ya existentes. En la cumbre participaron representantes de 172 países además de organizaciones civiles y empresariales, pero los máximos líderes de los países occidentales delegaron en el ministro del ramo la asistencia a la misma.
"Han prometido y prometido y prometido, y no es la primera vez que lo prometen, conectar todos los pueblos del planeta. Lo hicieron hace cinco años y no ha sucedido nada", declaró Diallo Mohamadou, un consultor de telecomunicaciones de Senegal, país que lidera el Fondo de Solidaridad. Más contundente fue la premio Nobel de la Paz, la iraní, Shirin Ebadi, quien acusó a los países industrializados de "obstrucción digital" afirmando que carecen de la voluntad necesaria para reducir la brecha digital. Ebadi condenó al mismo tiempo la represión y la falta de libertades en muchos países.
Los otros dos grandes temas que centraron la cumbre fueron los del gobierno de Internet y la libertad de expresión.
En la vigilia del acto inaugural, los gobiernos participantes llegaron a un acuerdo de compromiso sobre el gobierno técnico de Internet. Frente a los países que reclamaban una nueva estructura multilateral que sustituyera a ICANN, la organización privada sin ánimo de lucro sometida a las leyes norteamericanas que ejerce esta tarea, Estados Unidos se negaba a ceder la supervisión que ejerce sobre ICANN y defendía el statu quo actual.
Una propuesta de la Unión Europea abrió el camino del acuerdo. No se modifica el papel de ICANN, pero se instituye un foro con la participación de los gobiernos que, en un plazo de cinco años, debe acordar una nueva fórmula de presencia de los gobiernos en la supervisión de la gestión técnica de Internet sin despojar a ICANN de su actual responsabilidad.El acuerdo contentó a todos. A Estados Unidos porque se mantiene intacto el papel de ICANN. A los países críticos, porque la apertura del foro supone un instrumento de presión sobre el gobierno norteamericano que tiene delegada la gestión técnica de Internet (atribución y control de los dominios de la Red) a la citada organización, que tutela directamente. Y a la Unión Europea, porque su propuesta permitió superar el escollo diplomático que amenazaba la cumbre. Sobre las conclusiones a que puede llegar el nuevo foro, los expertos no prevén un final demasiado contundente. Alguno incluso llegó a aventurar que la conclusión del foro puede consistir en convocar un nuevo foro.
La declaración de Túnez es clara sobre la obligación de respetar las libertades individuales en cualquier proyecto de desarrollo digital. "Reafirmamos nuestra voluntad y nuestro compromiso de construir una sociedad de la información centrada en la persona, abierta a todos y orientada al desarrollo, con arreglo a los objetivos y a los principios de la Carta de las Naciones Unidas, el derecho internacional y el multilateralismo y respetando plenamente y apoyando la Declaración Universal de los Derechos humanos, a fin de que todos los pueblos del mundo puedan crear, consultar, utilizar y compartir la información y el conocimiento para desarrollar su pleno potencial y alcanzar las metas y los objetivos de desarrollo acordados internacionalmente, entre ellos los Objetivos de Desarrollo del Milenio", dice en su segundo párrafo. El texto prosigue reafirmando "la universalidad, indivisibilidad, interdependencia e interrelación de todos los derechos humanos y libertades".
Fuentes diplomáticas destacan la importancia de este aspecto de la declaración porque algunos gobiernos insistían en preservar las razones de Estado por encima de la libertad de uso de la Red. Sin embargo, que suscriban la declaración no parece comprometerles. El propio país anfitrión, Túnez, una vez concluída la cumbre, volvió a limitar el acceso a sitios de Internet que no son de su agrado. Precisamente este país figura en la lista de los 15 países enemigos de Internet elaborada por Reporteros sin Fronteras (RSF). Una lista que incluye, además, a Arabia Saudí, Bielorrusia, Birmania, China, Corea del Norte, Cuba, Irán, Libia, Maldivas, Nepal, Uzbekistán, Siria, Turkmenistán y Vietnam. Al secretario general de RSF le fue prohibida la entrada en Túnez.
Durante la cumbre se desvelaron distintos proyectos para combatir la brecha digital. La Unión Internacional de Telecomunicaciones tiene una presencia muy activa en el continente africano, donde viven 800 millones de personas de las cuales más del 70 % habita en zonas rurales con escasos recursos. Este organismo de Naciones Unidas puso en marcha el pasado mes de junio un macroproyecto denominado Conectar el Mundo, en el que participan más de veinte entidades de los sectores público y privado, organizaciones internacionales y sociedad civil. En el marco de esta cooperación internacional, la organización regional africana de comunicaciones por satélites (RASCOM) tiene previsto lanzar en 2006 un satélite para suministrar servicios asequibles de telecomunicaciones, Internet y radiodifusión digital en todo el continente. Esta organización inició el pasado año un proyecto para instalar un terminal informático en cada una de las 300.000 oficinas de correos que hay en Africa. Por otras parte, algunos países se comprometieron a apoyar el proyecto del MIT de fabricar masivamente un ordenador de 100 dólares para distribuir en los países atrasados.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.