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Reportaje:Signos

600 años de 'La ciudad de las damas'

La Universidad de Jaén rinde homenaje a la escritora medieval Cristina de Pizán

Ginés Donaire

Podría pensarse que Cristina de Pizán empezó a escribir por necesidad (se quedó viuda muy pronto y tuvo que sacar adelante a sus tres hijos), pero lo cierto es que la carta astral realizada por su padre, que era astrólogo, médico y consejero del rey Carlos V de Valois, ya profetizaba una inteligencia supina y un talento privilegiado para dedicarse a la literatura. La anécdota la cuenta Manuela Ledesma, especialista en literatura francesa de la Universidad de Jaén y una de las impulsoras de los actos que esta institución ha programado para conmemorar el sexto centenario de la publicación de La ciudad de las damas, una de las primeras y más significativas obras sobre la lucha de las mujeres por la igualdad. El libro lo escribió en 1405 Cristina de Pizán (1364-1430), considerada la primera mujer escritora profesional.

El homenaje a Cristina de Pizán ha surgido del Vicerrectorado de Extensión Universitaria y el Seminario Mujer Ciencia y Sociedad de la Universidad jiennense. El objetivo ha sido rescatar del olvido a una figura que, según la profesora Manuela Ledesma, "fue ignorada" por la literatura a pesar de que sus textos han tenido y tienen plena vigencia durante los últimos seis siglos. Así lo destacaron ayer las participantes en una mesa redonda organizada para analizar la figura de esta intelectual: Margarita Birriel, de la Universidad de Granada; María del Consuelo Díez, de la Universidad de Jaén; Julie Pasquier, autora de una investigación sobre Cristina de Pizán; y Carmen Guerrero, del Gabinete Pedagógico de Bellas Artes del Museo de Jaén.

"La importancia de la obra de Cristina de Pizán radica en que ya en el siglo XV reivindica para las mujeres el primer derecho del cual derivan todos los demás, es decir, el del reconocimiento de la condición de persona, con toda la dignidad que ello implica, y con todas las cualidades que se atribuyen en exclusiva a los varones: inteligencia, fuerza, valor o creatividad", explica la profesora Ledesma, que ha estudiado la obra de Cristina de Pizán durante varios años. De alguna manera, La ciudad de las damas, la obra maestra de esta escritora veneciana -su padre era profesor en la Universidad de Bolonia- supuso una réplica a un tratado del Renacimiento escrito por Boccacio en el que se refuerza la posición subordinada de la mujer de la época.

Cristina de Pizán, educada en París en la corte de Carlos V de Valois, no podía entender cómo los hombres podían escribir de forma tan demoledora contra la mujer, máxime teniendo en cuenta que le debían su existencia. "No fue una feminista recalcitrante y nunca estuvo en contra de los hombres; sólo quería luchar por la igualdad entre hombres y mujeres", explica Manuela Ledesma.

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