Una aldea multiplicada por diez

Aunque sigue siendo uno de los municipios más pequeños del área metropolitana de Sevilla, el crecimiento demográfico experimentado por Castilleja de Guzmán en los últimos años es de los mayores de la provincia. Hace 15 años era una aldea de 279 habitantes; esa población se ha multiplicado hoy por 10 y Castilleja es un pueblo con 2.700 vecinos y una de las rentas per cápita más altas de la provincia (entre 10.200 y 11.300 euros por habitante). Sin embargo, la impresión que deja un paseo por el pueblo es que ha crecido demasiado deprisa y, sobre todo, de forma desordenada. "Todo fue un desmán urbanístico", apunta el alcalde, el socialista Carmelo Ceba.

El regidor, que gobierna desde 2003, sostiene que la política urbanística del Ayuntamiento persigue ahora corregir algunos de esos errores y planificar con cabeza el desarrollo futuro. El término municipal de Castilleja es de los más pequeños de la provincia, apenas dos kilómetros cuadrados, de los cuales ya hay uno ocupado. El Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que se está tramitando agota el kilómetro que queda, lo que ha recibido críticas de algunos vecinos. "Es un término tan pequeño que antes o después tenía que agotarse", defiende el alcalde, quien argumenta que el 51% de ese terreno que se ocupa (556.000 metros cuadrados) van a acoger un parque periurbano. El resto, se ocupará en gran parte con viviendas, pero Ceba segura que se han previsto fórmulas para que el pueblo no se desborde. "Hemos firmado con los promotores de los suelos que antes de poner la primera vivienda tienen que estar los servicios que hacen falta. Colegios, centro de salud y hasta granja escuela", explica el alcalde.

Con todo, las 800 viviendas previstas suponen casi volver a duplicar la población (ahora existe un millar de casas). Pero el alcalde asegura que el crecimiento es "perfectamente asumible". Entre los logros de su mandato, Ceba destaca que hace dos años y medio Castilleja era "el único pueblo" de Andalucía que no tenía colegio, a pesar de que el 25% de su población es menor de 12 años. Hoy ya hay dos, que según Ceba, han sido decisivos para consolidar el municipio. "Castilleja no ha sido pueblo hasta que no ha tenido colegio", señala el alcalde.

Uno de los referentes del futuro desarrollo urbanístico será lo que el PGOU ha llamado Ecovilla que, entre otras medidas, consiste consiste, según Ceba, en que todas las viviendas han de contar con un estudio bioclimático que determinará la orientación de la casa y los materiales de construcción para asegurar el máximo ahorro energético. Asimismo, el PGOU veta las casas adosadas y apuesta por la vivienda colectiva de baja altura. "Vamos a hacer un pueblo nuevo", afirma con orgullo el alcalde.

Pero en torno a su política han surgido voces críticas y un manifiesto firmado por un centenar intelectuales, políticos y catedráticos que lamentan la construcción de un hotel en los Jardines de Forestier, declarados Bien de Interés Cultural. Algunos temen que este proyecto acabe con una de las vistas más atractivas (y desconocidas) de la provincia. El alcalde se defiende de las críticas y asegura que lo que pretende el PGOU es que la zona se desarrolle con un concurso de ideas aportadas por arquitectos de prestigio para garantizar que esta zona de "excelencia paisajística" tenga como valor añadido la "excelencia arquitectónica".