España juega con viento a favor

Para convencer a sus futbolistas de que un 5-1 en contra ante España no es la perdición total, Dusan Galis invocó la obra cumbre del fútbol eslovaco. El seleccionador recordó a los héroes de la final del Campeonato del Mundo de Chile, en 1962, cuando el equipo de la entonces Checoslovaquia quedó el segundo, sólo por debajo del Brasil de Garrincha, Didí, Vavá, Amarildo -sustituto de Pelé, lesionado a las primeras de cambio- y Zagallo después de haber eliminado, entre otras selecciones, a la España de Di Stéfano, Suárez y Gento.

"¡Nadie dice que en ese equipo no sólo había jugadores checos!", se quejó ayer Galis apelando de ese modo a hombres como Sherer o Popluhar. O al portero Schroiff, que le paró varios disparos a Puskas y Suárez. O a Stibranyi, que marcó el gol de la victoria inicial sobre España. "Todos estos compatriotas pasaron inadvertidos", continuó con sus lamentos Galis, "porque a los sistemas comunistas los futbolistas destacados nunca les importaron. Los metieron en cajones".

Luis: "No aceptaría que me dijeran que reservase jugadores por un partido de Liga"

La vigencia de ciertos fantasmas es más corriente en el fútbol que en la mayoría de las actividades. Su presencia hoy está asegurada en el vetusto estadio de Bratislava durante el partido de vuelta de la repesca clasificatoria para el Mundial de Alemania 2006.

Los jugadores eslovacos no parecen capaces de presentarse ante su público sin un motivo para luchar. Gresko dio prueba de ello en la conferencia de prensa: "Este otoño, el fútbol eslovaco ha conseguido grandes cosas. Si el Artmedia consiguió un 5-0 ante el Celtic Glasgow en la Liga de Campeones, ¿por qué no podemos hacerle un 4-0 a España?".

La afición eslovaca no tiene tanta fe. Según la federación local, ayer por la tarde apenas se habían vendido 21.000 de las 30.000 localidades del estadio.

El resultado de la ida amenaza con llevar a los españoles en un viaje hacia la indulgencia. Para impedirlo, Raúl intentó mantener el estado de alerta con una frase para la historia: "Quedan 90 minutos y en el mundo del fútbol pueden ocurrir cosas muy raras".

A pesar de estas palabras, la tranquilidad en el equipo español es notable. El partido se presta a la experimentación. De modo que Luis Aragonés, en el entrenamiento de ayer, osciló entre un equipo con Baraja, Alonso y Xavi y un equipo sin Baraja, pero con Villa detrás de otros dos delanteros.

Cuando un periodista eslovaco le preguntó si reservaría futbolistas debido al gran clásico entre el Madrid y el Barcelona del próximo sábado, respondió: "Para nada. El seleccionador, en este caso yo, no aceptaría ninguna pregunta siquiera [al respecto]. No aceptaría que me dijeran que reservase jugadores por un partido de Liga. Por mi país, hay que darlo todo... Cuando un jugador entra al campo para defender la camiseta de su país, se olvida de todo".

Luis Aragonés visualizó el choque antes de producirse. "Yo espero", dijo, "que el contrario salga al campo con un ritmo muy alto a ver si consigue ese gol que le dé la oportunidad de meterse en la eliminatoria. Quizá adueñarse del centro del campo sea bueno. Pero eso no depende del sistema. El problema es que hay gente que, a lo peor, con el esfuerzo del primer partido, se resiente y a mí me interesa ver otros jugadores. El desgaste de hacer goles ya lo hicimos. Ahora lo que más nos interesa es defendernos para que no nos los hagan a nosotros. Pero consiguiendo algún gol. Esto le haría mucho daño al contrario".

En España hay ocho jugadores apercibidos de sanción si acumulan una sola amonestación más: Del Horno, Marchena, Morientes, Puyol, Ramos, Reyes, Torres y Villa. En ese caso, se perderían el próximo partido oficial. Presumiblemente, el primero de la gran cita alemana.

Eslovaquia: Contofalsky; Zabavnik, Skrtel, Kratochvil, Cech; Hlinka, Valachovic; Holosko, Nemeth, Hodur; y Vittek.

España: Casillas; Míchel Salgado, Puyol, Pablo, Antonio López; Xavi, Xabi Alonso, Baraja; Raúl, Fernando Torres y Vicente.

Árbitro: Markus Merk (Alemania).

TV: Antena 3, 20.45.