Reyes, himnos y vídeos

Después de tomar el desayuno, Reyes se fue ayer por la mañana a dar una vuelta por el casco antiguo de Bratislava en compañía de Torres y Ramos. El delantero de Utrera, joven de estampa flamenca, no se desanimó ante el frío y decidió hacer unas risas mientras caminaba por las callejuelas de esta vieja ciudad, entre los palacios que sirvieron lo mismo de escondite a la emperatriz María Teresa de Austria que para que su nieto Francisco firmara la paz con Napoleón. Saber este tipo de cosas servirán a Reyes para no molestar al seleccionador eslovaco, Dusan Galis, la próxima vez.

Galis es uno de esos líderes que se encuentran fenomenal ante un micrófono. Desde que llegó a Madrid para jugar el partido de ida, ha expuesto quejas de todo tipo. Lo que más le molestó, a decir de su insistencia, fue que los hinchas españoles pitaran el himno eslovaco en el estadio Calderón el pasado sábado. "Esperemos que nuestros espectadores [en el partido de hoy]", dijo, "sean más cultos que los 50.000 españoles que asistieron al encuentro del otro día. Si alguien tiene que pedir perdón aquí, es Manolo".

Cuando ayer le recordaron que tanto Raúl como Luis Aragonés se habían disculpado por los silbidos, Galis retrucó: "A mí lo que gustaría es que Reyes supiera dónde está Eslovaquia". Y es que se lamentó desde la semana pasada porque Reyes había confesado no reconocer a los jugadores eslovacos.

Entre otras cosas. En la lista de Galis hay para todo. Para denunciar la parcialidad del árbitro del partido de ida, Massimo de Santis, o para quejarse por la falta de "profesionalismo" del hotel en el que se alojó la delegación eslovaca en la capital española.

"Firmamos un contrato por el cual se comprometían a alquilarnos un vídeo y no cumplieron", protestó. La falta de aparato reproductor impidió, según Galis, un adecuado estudio del rival.

El cruce de equívocos resultó inevitable. Ayer, un periodista eslovaco le preguntó a Luis Aragonés la opinión que le merecen las quejas de Galis concernientes a la "pérdida" supuestamente artera por parte de los empleados del hotel, de un "vídeo" con partidos de España. El seleccionador español se acomodó las gafas. Si me hubiese pedido un vídeo, le habría pasado siete", replicó; "yo no tengo problemas para ver los vídeos que quiera. Ahora, luego el que lo lea a lo mejor lo lee mal. El problema de los vídeos no es verlos, sino interpretarlos. Yo vi todos los vídeos de Eslovaquia y no se me perdió ninguno".