Los casos de estrés crónico en 'sin papeles' se reducen tras la última regularización
La reduccción de las bolsas de inmigrantes sin papeles debida al último proceso extraordinario de regularización ha comportado en Cataluña un descenso a la mitad de los casos de estrés crónico o síndrome de Ulises en este colectivo.
El Servicio de Atención Psicopatológica y Psicosocial a Inmigrantes y Refugiados (SAPPIR), del hospital Sant Pere Claver de Barcelona, atiende anualmente a más de un centenar de inmigrantes sin papeles que persentan un cuadro de estrés crónico ligado íntimamente a su situación de marginación, de desarraigo, de explotación laboral o de miedo permanente a ser detenidos y retornados a su país.
Desde el pasado mes de mayo, cuando finalizó el proceso extraordinario de regularización -que en Cataluña permitió legalizar la situación de más de 100.000 inmigrantes que ya vivían en esta comunidad autónoma-, el SAPPIR ha atendido sólo a una quincena de casos de síndrome de Ulises, la mitad de los que se asistieron en el mismo periodo del año pasado en este centro. El director del SAPPIR y profesor de técnicas de psicoterapia de la Universidad de Barcelona, Joseba Achotegui, atribuye este descenso al hecho de que hay menos inmigrantes en situación irregular.
"Es la prueba del nueve: si hay menos personas en condiciones extremas que propician los cuadros de estrés crónico, también disminuyen los casos de este trastorno", señala Achotegui, que participó ayer en Barcelona en el Fórum Euromed Salud, en el que han participado desde el lunes 37 países de Europa y la cuenca mediterránea.
El síndrome de Ulises no es una enfermedad, sino "un problema de salud mental que surge como respuesta a una situación límite", explica Achotegui. Cefaleas, irritabilidad, insomnio, fatiga, nerviosismo y tristeza son algunos síntomas de este síndrome, que desaparecen cuando el inmigrante sale de su situación de clandestinidad y se le abren perspectivas de mejora laboral, social y de integración a la sociedad de acogida.
El director del SAPPIR destaca la importancia de saber identificar, por parte de los profesionales de salud, los distintos síntomas en los que puede manifestarse el síndrome de Ulises, ya que una intervención pronta evita que estos males se cronifiquen y deriven en enfermedades mentales graves, en infartos o incluso en suicidios. El centro que dirige Achotegui ha apostado con éxito por la psiquiatría cultural, adaptada a los ritos y costumbres de los inmigrantes.
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